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O książce
El colono medio que desembarcaba en las salvajes costas de Norteamérica a principios del siglo XVII daba mucha importancia a sus armas y armaduras. Los peregrinos no eran una excepción. Eran forasteros en una tierra vasta y en gran parte desconocida, habitada por bestias salvajes y poblada por salvajes a menudo hostiles. Superados ampliamente en número por enemigos conocidos y posiblemente enfrentados a peligros de los que aún no eran conscientes, estos ingleses depositaron su principal esperanza de supervivencia en la posesión de armas superiores y armaduras protectoras. En el lado más pacífico, sus armas de fuego también eran valiosas, ya que proporcionaban carne fresca para la mesa y pieles para vender en casa. Como el colono dependía tanto de sus armas, pronto aprendió a seleccionar los tipos más eficaces que podía obtener. Al hacerlo, impulsó la evolución del material militar muy por delante de la Europa contemporánea y desarrolló un alto grado de destreza, sobre todo en el uso de las armas de fuego. El material militar que los peregrinos llevaron consigo puede dividirse en tres grandes categorías: armaduras defensivas, armas blancas y armas de proyectiles. Un hombre completamente armado, especialmente en los primeros años, solía ir equipado con uno o más artículos de cada uno de los tres grupos, normalmente un casco y un corselete, una espada y un mosquete".