Czytaj książkę: «De la stasis a la eunomia.»
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De la stasis a la eunomia: una mirada histórica al derecho constitucional colombiano / Gloria Lucía Arango Pajón
Medellín, Colombia: Ediciones UNAULA, 2021.
77 páginas (Dietarios)
ISBN: 978-958-5495-87-6
I. 1. Derecho constitucional – Historia – Colombia
2. Constitución Política – Historia – Colombia
3. Colombia – Condiciones políticas
4. Constitución Política de Colombia de 1886
5. Constitución Política de Colombia de 1991
II. 1. Arango Pajón, Gloria Lucía
SERIE DIETARIOS
Ediciones UNAULA
Marca registrada del Fondo Editorial UNAULA
DE LA STASIS A LA EUNOMIA:
UNA MIRADA HIST RICA AL DERECHO CONSTITUCIONAL COLOMBIANO
Gloria Lucía Arango Pajón
© Universidad Autónoma Latinoamericana
© Gloria Lucía Arango Pajón
Primera impresión: noviembre de 2021
ISBN: 978-958-5495-87-6
ISBN-e: 978-958-5495-88-3
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La decencia la tiraron en el tacho ‘e la basura
y el amor a la cultura todo es grupo, puro bluff
¿Qué pasa en este país, qué pasa, mi Dios,
que nos venimos tan abajo?
¡Qué tapa que nos metió el año sesenta y dos!
¿Qué pasa? ¿Qué signo infernal?
¿Qué signo infernal lo arrastra al dolor?
Ya ni entre hermanos se entienden
en esta gran confusión...
Que si falta la guita...
Que si no hay más lealtad...
¿Y nuestra conciencia,
no vale eso más?
Mario Battistella
Tango “La Bronca”, fragmento
Dedicado a Gustavo Ferreyra, un maestro que, detrás de una apariencia impenetrable, tiene el don de leer notas y partituras constitucionales en un tango o una milonga.
Contenido
Hace treinta años Colombia cruzó el umbral de la esperanza
PRIMER ESCENARIO
Cien años de soledad constitucional o la instauración del stasis
SEGUNDO ESCENARIO
La instauración de la eunomia o la ampliación de los márgenes de participación ciudadana hacia la superación de los conflictos
La constitución política de 1991 como la instauración de la eunomia
Bibliografía
Notas al pie
Hace treinta años Colombia cruzó el umbral de la esperanza 1
Para el título me inspiré en el texto del profesor Fioravanti Maurizio, Constitución: de la antigüedad a nuestros días, donde manifiesta que los griegos sentían un gran temor de vivir en prevalencia de la stasis. Con este término se referían al conflicto social y político originado en la lucha entre ricos y pobres. El temor los lleva a reflexionar sobre formas de organización y gobierno adecuadas, y para ello promueven reformas para dotar a las instituciones de una mayor capacidad de respuesta frente al conflicto y salvar la unidad de la polis. Como estrategia se instaura la eunomia que consistente en el buen orden de la comunidad. En él se expresa el ideal de una resolución pacífica de los conflictos, de una convivencia ordenada y duradera.
A los treinta años de la Constitución de 1991, intentaré demostrar el paso de la stasis, representada en la vigencia de la Constitución de 1886, a la eunomia o tránsito a la instauración del Estado Constitucional y con el cruce del umbral de la esperanza para un país como Colombia que intenta caminar derecha por caminos torcidos.
Conjugar el pasado con el hoy es tarea impostergable, no somos hoy, somos historia y mirarnos desde el origen nos da la posibilidad de identificar, desde el enfoque histórico hermenéutico, los procesos y avatares que el derecho constitucional colombiano ha sufrido en ese largo proceso de desarrollo y consolidación, que cierra el siglo XX con la instauración de un paradigma constitucional que ha transformado no solo las instituciones del Estado, sino que ha vigorizado el papel de una sociedad que poco a poco se empodera mediante la participación y la inclusión de los escenarios de decisión política.
Desde el estudio crítico-analítico, e interpretando el tiempo histórico como un continuum que fluye hacia el futuro y elabora su propio devenir, reemplazando la metáfora de la historia como un río de cause tranquilo, por la del remolino en cuyo centro yace el antes y el después de la misma historia2, me adentraré por los laberintos del derecho constitucional en los albores del Estado colombiano. Para el análisis planteado nos detendremos, de manera breve, pero ilustrativa, en dos escenarios esenciales. En el primero identificaremos el impacto del enfoque de la constitución de 1886 cuyo eje gravitacional era el imperio de la ley y con ello el mantenimiento del status quo de las élites del poder y el marginamiento de la sociedad civil que derivó en lo que metafóricamente denomino cien años de soledad ciudadana; posteriormente estudiaremos los cambios y transformaciones derivados de la Constitución Política de 1991 que reescribió la historia contemporánea en la llamada Democracia más antigua de América Latina.
La inestabilidad política y social corre paralelamente a los procesos de independencia y descolonización, la naciente nación se sumerge en la primera guerra civil, este periodo es conocido como La Patria Boba3, que va desde la declaración de independencia de 1810 hasta la entrada a Santa Fe de Bogotá de los ejércitos realistas en las batallas de la reconquista española. Se puede decir que durante estos cinco años reina el caos, cada provincia proclama sus autoridades, cada aldea tiene su junta independiente y soberana, las disputas entre centralistas y federalistas rompen con los ideales de unidad que acompañaron los procesos de independencia.
Entre 1810 y 1886 se dan veinte constituciones nacionales4, el país ha cambiado de nombre en cinco ocasiones (Provincias Unidas de Nueva Granada 1812-1819; República de la Gran Colombia 1819-1831; Nueva Granada 1831-1857; Confederación Granadina 1857-1861; Estados Unidos de Nueva Granada 1861-1863; Estados Unidos de Colombia 1863-1886; República de Colombia, 1886 hasta ahora) y nueve guerras civiles5 han cabalgado por los suelos de la patria. Este es el escenario que precede el llamado proceso de consolidación de la República de Colombia despojada, supuestamente, de todos los atavíos coloniales que subsistían en los ámbitos administrativos, judiciales y jurisdiccionales.
En este punto del camino, después de setenta y seis años de la independencia, la consolidación de la República no se ha podido lograr, se jugó en exceso la carta de las constituciones y tristemente el siglo XIX será reconocido en la historia de Colombia como el siglo de las guerras.
PRIMER ESCENARIO
Cien años de soledad constitucional o la instauración del stasis
Esta patria que no escogí por mi voluntad, sino que
me la dieron hecha como usted la ha visto que es,
como ha sido desde siempre, con este sentimiento
de irrealidad, con este olor a mierda, con esta
gente sin historia que no cree en nada más que en
la vida, esta es la patria que me impusieron sin preguntarme.
Gabriel García Márquez
El otoño del patriarca
El fracaso del proyecto federalista y el temor al pensamiento liberal consolidaron en Colombia el movimiento político-cultural denominado la Regeneración6, que bebió del pensamiento Conservador originado en Francia en el denominado Segundo Imperio7. En efecto, se le atribuye a Napoleón III el haber creado una reacción de orden mundial para eliminar los principios de las Revoluciones Francesas de 1789 y 1848. Estas ideas se fundamentaban principalmente en la religión católica, en el centralismo y en el autoritarismo. El profesor Eduardo Martire afirma que “en tiempos de Napoleón I Francia intentó ganar a las colonias americanas. El primer proyecto en este sentido fue el de la Constitución de Bayona, que no dio resultado. Ante el fracaso se implementó como segunda opción la de fomentar el ánimo independentista en Hispanoamérica. Napoleón pretendió encender la chispa de la revolución. Para tal fin ideó el siguiente emblema que negaba cualquier relación con la revolución de 1789 y con el subsiguiente jacobinismo: “Viva la religión Católica Apostólica Romana y muera el mal gobierno”, a fin de que no quedase duda de la filiación no jacobina y de los sentimientos pro católicos y regeneradores del movimiento”8.
Es importante recordar que para la época del Segundo Imperio francés, Hispanoamérica, que era el término con el que se designaban las nuevas tierras, es reemplazado desde la campaña expansionista francesa por el nombre de “Latinoamérica”9; ya que Napoleón III pretendía crear una América bajo el influjo galo, en oposición a la América sajona
Estas ideas10 fueron reproducidas por importantes políticos y pensadores latinoamericanos, entre ellos Miguel Antonio Caro en Colombia; Lucas Alamán en México; Gabriel García Moreno en Ecuador; Carlos Walter Martínez en Chile, quienes basándose en las encíclicas de Pío IX, Quanta Cura y el Syllabus, intentaron implantar ideas con el fin de eliminar de raíz la influencia del liberalismo francés en tierras americanas.
Para el caso colombiano, como lo afirma el investigador José Luis Romero, “el peso del pensamiento francés se manifiesta, sin duda, en el texto fundamental de 1886. Ya que se acogió la idea de la Soberanía Nacional como postulado fundante de la República11”.
Las dificultades políticas, económicas y sociales por las que pasaba el país, unidas a la rigidez constitucional y a la pugna entre los poderes legislativo y ejecutivo, ocasionaron constantes guerras civiles12. Al finalizar el año de 1884 el país se hallaba nuevamente agitado, y dos bandos se disputaban la orientación de la República: uno, el Liberalismo, y otro, conformado por los independientes y los conservadores. Para ese momento es elegido como presidente Rafael Núñez (1884-1886)13, quien ante la imposibilidad de reformar la Constitución para terminar las disputas entre los bandos enunciados anteriormente, convocó la Convención que sustituyó la Carta Constitucional de 1863 de los Estados Unidos de Colombia, violando, de paso, los trámites constitucionales consagrados para su reforma en el artículo 9214. En tal sentido me adhiero a lo expuesto por usted, profesor Ferreyra, en su texto “Notas sobre derecho constitucional y garantías, en relación con el control judicial de constitucionalidad sobre el ordenamiento federal de la Argentina”, que tiene muchas coincidencias con el proceso vivido en Colombia en esos momentos históricos. “La reforma constitucional, por tratarse de un acto institucional proveniente del poder constituyente derivado… “no alcanzan como principio, al examen de procedimiento adoptado en la formación y sanción de las leyes, sean nacionales o provinciales, solución que reconoce por fundamento la exigencia institucional de preservar la separación de los poderes de Estado, asegurando a cada uno de ellos el goce de la competencia constitucional que le concierne en el ámbito de su actividad específica”15. La inconstitucionalidad de la Constitución de 1886 es manifiesta por el procedimiento empleado en su creación, ya que deriva de un acto de autoritarismo de los actores políticos de la época.
En 1885 Núñez reunió el Consejo de Delegatarios con representantes de ambos partidos políticos, con el fin de establecer una nueva Constitución que diera fin a la época federal; se proclama, entonces la Constitución de 1886.
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