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Diario de la expedicion reduccional del ano 1780, mandada practicar por orden del Virey de Buenos Aires

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Diario de la expedicion reduccional del ano 1780, mandada practicar por orden del Virey de Buenos Aires
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DISCURSO PRELIMINAR
AL
DIARIO DE ARIAS

Este diario es un apéndice à otro que tambien forma parte del presente volumen. Despues de la muerte de Matorras se estableció en la provincia de Tucuman una junta, llamada reduccional, ó de Propaganda Fide, con el objeto de llevar al cabo los tratados celebrados por aquel gobernador. Por una singular coincidencia habian dejado de existir los personages principales de estos ajustes, sin que se entibiára el celo de sus sucesores, sobre todo por parte de los indios, que en esta ocasion acreditaron mas lealtad y constancia que los Españoles. Arias y Cantillana, que defendian en la junta los intereses del fisco, recelosos de que se malográra la empresa, sostuvieron que podia intentarse con cincuenta hombres y 15,000 pesos, desechando como exagerados los cálculos de los que pedian 200 hombres y 35,000 pesos fuertes. En estas y otras incidencias se pasaron cerca de cinco años, alcanzando por último la aprobacion del Virey al plan proyectado.

Entretanto habian llegado á Salta los caciques de los Mocobís y de los Tobas, á participar la muerte de Paikin, y á traer el baston con puño de oro, que le habia entregado el Gobernador Matorras, y que devolvia la viuda por ser de menor edad los hijos y herederos del Gran Caporal. Los PP. Antonio Lapa y José Bernardo de Sena, curas y misioneros de las reducciones del Salado, fueron encargados de anunciar á los indios la nueva expedicion, que se aprestaba en Salta á las órdenes del coronel D. Francisco Gavino de Arias. El segundo de estos religiosos se ahogó en el tránsito, el otro llegó felizmente á Lacangayé, donde permanecio tres meses en rehenes, aguardando el regreso de Queyaverí y demas caciques.

Observador diligente de la naturaleza, el P. Lapa nos ha transmitido varios rasgos de las costumbres salvages de los indios en sus diarios ineditos. Escogeremos uno que tiene todo el mérito de la originalidad. Hallábase un dia el Misionero conversando con los caciques Lachiriguin y Lachiquitin, cuando sobrevino un indio para avisarles que habia aparecido el pajarito ytiminí, lo que indicaba que Queyaverí estaba de vuelta. Otro adivino confirmó este anuncio, y añadió que el cacique venia por el camino de abajo de la Encrucijada de Macomita. El Padre Lapa se empeñó en desmentir estos pronósticos, y lo hizo con todo el fervor que inspira una creencia supersticiosa. Pero, ¿cual no seria su sorpresa, cuando supo que ambos se habian verificado?

Volvia Queyaverí lleno de confianza en las promesas que habia recibido; y efectivamente nada se omitió para halagarle. A su llegada á Salta se le hospedó con su séquito en el Colegio que fué de los PP. Jesuitas, y se convocó el Cabildo á un parlamento que se celebró el dia 30 de julio de 1776 en la misma casa del gobierno. Todo cuanto podia contribuir á dar realce á este acto, fué puesto en obra por el Gobernador que debia presidirlo. Concurrieron los miembros del Cabildo, el Procurador General de la ciudad, el Protector de los naturales, y varios caciques amigos con sus respectivos interpretes. Fueron introducidos los indios como si fueran embajadores, y despues de las formalidades de estilo, se les preguntó "si tenian entendido que las tierras del Gran Chaco pertenecian al Rey?" A lo que contestaron los caciques, con una especie de ironia, "que ya habian oido decir que sus tierras eran del Rey."

Estos preliminares á nada mas condugeron que á una promesa de enviar otra fuerza al mando de Arias, cuyo nombre no les era desconocido. Pero, á pesar de la proteccion que le dispensaba el gobierno, y de la simpatia que encontraba en el público, tuvo este gefe que diferir su salida hasta la primavera de 1780. El precursor de esta empresa fué el mismo P. Lapa, que desde la expedicion de Matorras habia entrado en relaciones amistosas con los indios. Este infatigable misionero volvia por tercera vez á las reducciones del Bermejo, librado á la buena fé y hospitalidad de sus moradores; y llegó dia en que, cercado de pantanos, vió desaparecer hasta los escasos alimentos que le proporcionaban los bosques. Es preciso leer sus diarios para tener una idea de sus padecimientos. Importa tambien estudiarlos para rectificar un error que se advierte en algunos mapas del Chaco, y como es probable que no volveremos mas sobre esta materia, entresacaremos de los papeles inéditos del P. Lapa lo que puede contribuir á ilustrarla.

La extension de la Senda de Macomita, desde la Reduccion de Macapillo hasta las orillas del Bermejo, es de 71 leguas, á saber:

1 Estos nombres pueden servir á dar alguna idea del idioma mocobí, uno de los mas desconocidos del Chaco.


Costeando el rio, aguas abajo, llegó á Lacangayé, que segun sus cálculos, dista 94 de la Puerta de Macomita, á saber:


2 Tren de Espinosa de los otros mapas.


Estos cómputos pueden ser inexactos, porque, segun se expresa el P. Lapa, "los indios no saben lo que es legua, y solo se gobiernan por lunas, y por dias de camino. Cuentan, por egemplo, cinco dias de Lacangayé al rio Paraguay, siete hasta Corrientes, diez hasta Santa Fé, etc.; y cuando la distancia que indican, no llega á enterar un dia de camino, dicen: "hay cerca esto," y este cerca suele tener á veces mas de doce leguas." – Al salir de Macapillo la Senda de Macomita pasa por montes y cañadas, y se dirige al este hasta Malaque, desde donde se inclina al norte hasta el Bermejo.

Arias siguió las huellas de su predecesor Matorras, y llegó á Lacangayé al cabo de 66 dias de marcha. Acometido por una enfermedad grave estuvo á pique de perder la vida en el desierto; y en este estado lo halló el P. Morillo, á quien se juntó despues para completar el primer ensayo de navegacion del Bermejo. A no ser por este incidente, ningun interes tendria para nosotros el presente diario, cuya parte topográfica no es mas que la repeticion del de Matorras. Ni creemos que deba darse mucha importancia al plan proyectado de establecer guardias en las orillas del rio. La experiencia ha acreditado el carácter docil de los indios del Chaco, que solo resisten á los que los hostilizan. La construccion de estos fuertes, la presencia de sus soldados, la ostentacion de la fuerza entre hombres sencillos, y sumamente celosos de su independencia, – todos estos indicios de una ocupacion á mano armada de su territorio, obrarian en el sentido contrario á lo que se espera, y alborotarian á las poblaciones en vez de atraerlas.

La historia de la conquista del Chaco es una serie contínua de desaciertos. Sus primeros invasores lo sometieron al sistema de repartos, entregando los indígenas á la inhumanidad de los encomenderos. Este ensayo tuvo los mas funestos resultados. Dispersó á los habitantes de la Concepcion, los ahuyentó de Guadalcazar, los diezmó en Esteco. Ningun pueblo formado en el Chaco sobrevivió á su fundador, sin que estos desastres hiciesen variar de rumbo para evitarlos. Los mismos errores que cometió el Adelantado Vera cuando echó los cimientos de la Concepcion, se repitieron en la fundacion de Lacangayé. Arias, que tenia á su disposicion todas las costas del Bermejo, obligó á los indios á establecerse en un rincon anegadizo entre una laguna y el rio, sin ceder á sus protestaciones, ni retraerse al oir dar á aquella morada el nombre de tragadora de la gente1.

Su primera idea no fué la de fundar reducciones, sino de atraer á los indigenas á uno de los terrenos que él poseia en las inmediaciones de Salta. Los caciques, á quienes hizo este ofrecimiento, tuvieron el buen sentido de reusarlo, aunque deseáran alejarse del Bermejo. Este proyecto nada tenia de estraño en aquel tiempo, en que eran frecuentes estas migraciones, y formaban el principal objeto de las empresas reduccionales. A esta mania se debe la traslacion de los Kilmes á Buenos Aires, de los Calchaquís á Santa Fé, de los Abipones á Corrientes. Se trasplantaba á los indios con la esperanza de hacerlos mas dóciles, y lo único que se conseguia era diezmarlos. Aunque sin apego á sus guaridas, no podian olvidar sus costumbres, ni aclimatarse bajo otro cielo.

Este deseo de civilizar á los indios era tan antiguo como hereditario en la familia de Arias. Los historiadores del Chaco ponderan el valor del Sargento Mayor D. Lorenzo Arias, que fué á auxiliar á algunos misioneros en tiempo del Gobernador D. Fernando Mendoza Mate de Luna2. D. José Arias Rengel y su hermano D. Felix, padre y tio del autor del presente diario, figuran con honor en las expediciones anteriores, y al primero de ellos es debido el descubrimiento de la Senda de Macomita en tiempo del Gobernador Espinosa Davalos. Estos títulos honoríficos, juntos á una inmensa fortuna que habia heredado de sus mayores, y al influjo que egercia en su provincia, por haberla gobernado interinamente, colocaban á Arias en una de aquellas posiciones privilegiadas, en que las empresas mas árduas se miran sin trepidacion y con confianza. En este estado calculó con parsimonia los recursos que se necesitaban para dar impulso á sus planes. Se arrojó á la conquista del Chaco con cincuenta milicianos sacados de un regimiento de caballeria que mandaba en Salta, á los que se incorporaron doce presidarios con otros tantos peones y seis esclavos, sin contar con mas auxilios que un fondo de quince mil pesos que le franquearon las cajas municipales de la provincia. Es verdad que todo estaba dispuesto para recibirle amistosamente: ninguna oposicion esperimentó en el tránsito, y su campamento de Lacangayé se llenó de caciques de las tribus mas retiradas. Pero con mas elementos de fuerza hubiera podido explorar gran parte de la inmensa zona, que yace desconocida entre el Pilcomayo y el Bermejo, y esta investigacion hubiera dado un nuevo interes á esta expedicion, y una celebridad merecida á su caudillo. Ella hubiera, sino completado, al menos ensanchado considerablemente la esfera de los pocos conocimientos que tenemos del Chaco, de que apenas se hace mencion en las obras mas modernas de geografia.

 

Talvez pasen muchos años antes que se llene este vacio. Ninguno de los estados fronterizos del Chaco se halla en aptitud de acometer esta empresa, y mientras prevalezcan los falsos principios de colonizacion, mas vale que no se realice. En estas cosas, como en otras muchas, el modelo que debe tenerse presente es el de los Estados Unidos, que en tan corto periodo ha estendido sus límites hasta los bordes occidentales del Misourí. Los gefes de las tribus han tratado de la cesion de sus territorios con la plenitud de sus facultades, y un principio de civilizacion ha dominado en esos convenios, que nunca han sido violados por la perfidia. Las razas indigenas se han retirado espontaneamente ante los sucesores de Penn y de Washington, y leyes justas, costumbres suaves, y todos los goces de una vida activa y laboriosa, han cambiado sin esfuerzo la naturaleza de estos hombres salvages, que solo necesitan de buenos egemplos para salir de su embrutecimiento.

Sin duda las ideas religiosas contribuyen á amansarlos; pero no deben absorver todos sus instantes, ni distraerlos del trabajo, que es el motor principal de la perfectibilidad de los hombres. Las platicas, las psalmodias, los rezos, de que tanto se ocupan los misioneros, forman una transicion brusca entre los hábitos agrestes y la vida contemplativa; y sin embargo en estos actos de piedad se entretenian los conquistadores del Chaco, de donde se retiraban satisfechos por haber bautizado á unos cuantos párvulos. Las dos colonias fundadas por Arias, que debian haber sido otros tantos focos de actividad y de industria, fueron entregadas al arcediano Cantillana, hombre virtuoso, pero sin talento, y mas ocupado de la conversion que de los intereses materiales de sus neófitos. Pasó inutilmente once años en el desierto, viendo disminuir diariamente su rebaño, y abandonándolo por fin à dos frailes, en cuyas manos se dispersó enteramente.

No por esto se dejó de abrumar á la Corte de España. Pero, por mas que se disfrazasen las miras personales en los informes y proyectos, no se logró ocultarlas, y el sacrificio estéril que el Gobierno habia hecho de la valiosa estancia del Rincon de Luna para fomentar las nuevas poblaciones del Chaco, le hizo cerrar el oido á todas estas solicitudes. La contestacion que el Ministro Galvez dió à una súplica de Arias, es un comprobante del descrédito en que habian caido sus promotores, y del que nunca pudieron levantarse3. Este gefe acabó sus dias en el año de 1793, dejando un patrimonio menguado, y una reputacion equívoca.

PEDRO DE ANGELIS.

Buenos Aires, 14 de Diciembre de 1838.

CATALOGO DE LAS MISIONES DE INDIOS, FUNDADAS EN EL CHACO DESDE EL AÑO DE 1735 HASTA EL DE 17674

1. Diócesi y Gobierno del Tucuman.

7 Mision fundada en 1711, y restablecida en 1752.

8 Mision mudada á mejor sitio en 1765.

9 El mismo autor de la Historia del Chaco.

10 Mision mudada á mejor sitio en 1761.



2. Diócesi y Gobierno de Buenos Aires.

11 Mision mudada á mejor sitio en 1752.



3. Diócesi y Gobierno del Paraguay.

BIBLIOGRAFIA DEL CHACO5

PARTE PRIMERA

OBRAS IMPRESAS

1. Relacion de la entrada al Chaco de los PP. Diego Ruiz y Juan Antonio Solinas, en 1683. (En la obra del P. Machoni, titulada: "Las Siete Estrellas de la Mano de Jesus." Córdoba, 1732, in-4.º, pág. 222.)

2. Machoni (P. Antonio). Arte y vocabulario de la lengua Lule y Tonocote. Madrid, 1732, in-8.º

3. Lozano (P. Pedro). Descripcion chorográfica del terreno, rios, árboles y animales de las dilatadísimas provincias del Gran Chaco Gualamba, y de los ritos y costumbres de las innumerables naciones bárbaras é infieles que le habitan. Córdoba, 1733, in-4.º, con un mapa del Chaco.

4. Osorio (P. Gaspar). Relacion del nuevo descubrimiento de las provincias de Chaco Gualamba, y Llanos de Manso, enviadas al Prepósito General Muzio Viteleschi. (En la obra precedente, pág. 172.)

5. Matorras (Gerónimo). Diario de la expedicion hecha á los paises del Gran Chaco en 1774. (En el VI tomo de nuestra Coleccion).

6. Arias (Francisco Gavino). Diario de su expedicion al Gran Chaco en 1780. (ibid.)

7. Murillo (Fray Francisco). Diario del viage al Rio Bermejo en 1780. (ibid.)

8. Cornejo (Juan Adrian Fernandez). Diario de la primera expedicion al Chaco en 1780. (ibid.)

9. – Expedicion al Chaco por el Rio Bermejo en 1790. (En el IV tomo de nuestra Coleccion).

10. – Descubrimiento de un nuevo camino, desde el Valle de Centa hasta la villa de Tarija, en 1791. (ibid.)

11. Dobrizhoffer (Martin). Historia de Abiponibus, equestri, bellicosaque Paraquariæ natione. Viena, 1784, 3 vol. in-8.º fig. (El Sr. Kreil, profesor de la Universidad de Pest, publicó en el mismo año y en Viena una version alemana de esta obra, y otra vió la luz en Inglaterra con el título de —An account of the Abipones, an equestrian people of Paraguay. Londres, 1822, 3 vol. in-8.º)

* 12. Rubin de Celis (Miguel). Memoria sobre el fierro nativo del Gran Chaco. (En las Transacciones Filosoficas de Londres de 1788, pág. 37)

13. Otra sobre el mismo asunto. (En la Abeja Argentina. Buenos Aires, 1822, pág. 278.)

* 14. Solis (Ab. Joseph). Saggio sulla storia naturale della provincia del Chaco. Faenza, 1789, in-4.º (De esta obra no existe mas que el primer tomo: ignoramos la suerte del 2.º, que el autor dejó concluido é inédito.

15. Azara (Felix). Viage al Pilcomayo. (En nuestro discurso preliminar al Diario de la primera expedicion de Cornejo.)

16. – Informe sobre varios proyectos de colonizacion del Chaco en 1799. (En el IV tomo de nuestra Coleccion).

17. Solalinde (Antonio Garcia). Proyecto de colonizacion del Chaco en 1799. (ibid.)

18. Soria. Informe á los Accionistas de la Sociedad del Rio Bermejo. Buenos Aires, 1831, in-4.º

19. Dwerhagen. Ensayo sobre la topografia de los rios Plata, Paraná, Paraguay, Bermejo y Pilcomayo. Buenos Aires, 1831, in-4.º con un mapa.

20. Arenales (D. José). Noticias del Chaco, y del Rio Bermejo. Buenos Aires, 1833, in-8.º con un mapa.

21. Relacion de los indios que están en la provincia del Chaco Gualamba, y Llanos de Manzo. (En la obra precedente, pág. 86.)

22. Parish (Sir Woodbine). Notice as to the supposed identity of the large mass of meteoric iron now in the British Museum, with the celebrated Otumpa Iron, described by Rubin de Celis, etc. (En las Transacciones Filosoficas de Londres de 1834, part 1.)

Nota. – Se trata tambien del Chaco en los antiguos historiadores de estas provincias, sobre todo en los capít. 18, 19 y 20 del libro 1.º de la Historia de la Compañia de Jesus en la Provincia del Paraguay, por el P. Lozano. Madrid, 1754, 2 vol. in-fol.

PARTE SEGUNDA

TRABAJOS GRAFICOS

23. Croquis del rio Pilcomayo para el viage del P. Patiño en 1721, con las explicaciones en lengua guaraní. (Autógrafo inédito).

24. – del Rio Pilcomayo, para el viage del P. Agustin Castañares en 1741, delineado por el P. Salvador Colon. (Autógrafo inédito).

25. Mapa del Chaco, para la descripcion corográfica de esta provincia, grabado por J. Petroschi en 1733. (Son muy raros los egemplares de la obra del P. Lozano que tengan este mapa.)

26. – del mismo, para el viage de Matorras en 1774. (Autógrafo inédito).

27. Mapa del mismo, para el de Arias en 1780. (Autógrafo inédito).

28. – del mismo, para la historia corográfica del Dr. Arias Hidalgo, delineado por D. Diego Angel de Leiva en 1780. (Autógrafo inédito).

29. – del mismo, para la historia de los Abipones de Dobrizhoffer, publicada en 1784.

30. – del mismo, para el viage de Cornejo en 1790. (Autógrafo inédito).

31. – del mismo, por el Dr. Arias Hidalgo, presentado en 1806.

32. – para el viage á la villa de Tarija en 1791.

* 33. Fuertes y doctrinas de San Estevan de Valbuena, que son de indios Ecistines y Lules. – (Se hallaba en el Colegio de San Ignacio de Buenos Aires, cuando fué suprimido).

34. Plano del Rio Bermejo por D. Nicolas Descalzi, publicado en Buenos Aires, en la Litografia del Estado, en 1831.

 

35. – del mismo, por Soria, publicado en el mismo año.

36. – del mismo por el Sr. Arenales.

37. – del campamento de Matorras.

* 38. Planos de las nuevas reducciones de S. Bernardo y de Lacangayé. (En la coleccion de autos y documentos que se conservan en la Escribania del Gobierno de Buenos Aires.)

39. Un gran cuadro al oleo, que representa las paces ajustadas entre Matorras y Paikin. (Pintado en Salta en 1774 por Tomas Cabrera.)

1Traduccion literal de la palabra Lacangayé en el idioma mocobí.
2Véase Lozano, Descripcion del Chaco, pag. 257; y Xarque, Insignes Misioneros de la Compañia de Jesus en la Provincia del Paraguay, pag. 407.
3"Aunque en carta de 30 de junio de 1781, n. 518, recomendó V. E. la instancia hecha por el coronel de milicias D. Francisco Gavino de Arias, para que se le concediese el grado de coronel de ejército, y que se le tuviese presente para el gobierno de Córdova del Tucuman, cuando llegase el caso de dividirse él de aquella provincia, no ha venido el Rey en condescender con ninguna de estas solicitudes. Para esta negativa se funda S. M. en haber llegado á entender por conducto seguro, que este sugeto es uno de aquellos que, por medio de proyectos y maquinas fantásticas, procuran hacerse memorables y distinguidos: que está debiendo crecidas sumas á varios vecinos, y al ramo de sisa 10,422 pesos; y que el proyecto de formar las reducciones en el Chaco no ha salido como se quiso suponer, como así se ha verificado despues de haberse gastado 15,000 pesos inutilmente, cuando pudieran haber salido los indios á las fronteras, como lo habian ofrecido los caciques. Todo lo aviso á V. E. para su inteligencia y gobierno en lo que pueda ocurrir en lo sucesivo." "Dios guarde á V. E. muchos años." Aranjuez, 31 de Marzo de 1783. JOSEPH DE GALVEZ.
4Extractado del que publicó el P. Iolis en su Historia del Chaco.
5Para completar las noticias del Chaco, que hemos procurado reunir en nuestros discursos, nos hemos resuelto á publicar anticipadamente la lista de los documentos impresos é inéditos sobre esta provincia, extractándola de la que tenemos preparada para nuestra Bibliografia General del Rio de la Plata. Las obras que llevan un * son las únicas que faltan á nuestra coleccion particular.