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El Ciudadano Inválido y Otras Historias
Historias Cortas
Gift Foraine Amukoyo
Translator
Arianna Munoz
Publicadopor
TEKTIME
© Gift Foraine Amukoyo
Primera Edición: 2018
Todos los derechos reservados
Primera impresión: diciembre 2018
Para mi abuela,
Esther WillieAwerije
Uno
Mira Ganó
Garabateé mi firma en la primera página del documento e hice una pausa. El bolígrafo se cayó de mis manos sudorosas. No era fácil para mí ponerle fin a la vida de alguien.
Mira me miró fijamente. Sus ojos miraban al vacío.
̶ Si de verdad me quieres, simplemente firma. Eres la única familia que tengo que pueda permitir al Hospital terminar este sufrimiento – dijo.
̶ ¿Cómo podría? No quiero perder a mi única familia. Eres todo lo que tengo en el mundo.
̶ No puedo quedarme así. Te estoy molestando.
̶ Quédate conmigo. No me importa. Quédate todo lo que quieras. No quiero ser tu asesino. No seré parte de esto.
̶ No es asesinato. Es suicidio. Me estoy suicidando. Hazlo, Tejiri.
̶ No te dejaré hacer esto. Mira quédate conmigo – agarré sus dedos pálidos.
̶ Tejiri, no tienes opción. Todos morirán un día. Es simplemente que yo moriré hoy.
̶ No Mira, si tengo una alternativa.
̶ Deberías escoger sabiamente. Hazlo y regresa a tu vida. Te estoy matando con mi enfermedad. Tejiri, mírate. Estás perdiendo peso. Me veo más gorda que tú.
Me reí.
̶ Ya quisieras. Ya quisieras Mira – agarré su mano –. Sí, te ves más sana que yo, por eso deberías venir a casa y cuidar de mí. Extraño todas tus sopas y bocadillos. Quisiera que sucediera un milagro.
̶ Me hubiese deshecho de esta enfermedad hace mucho si existiese una cura. Los ayunos infructuosos, vigilias y rezos en la montaña son muestras de que soy la que no tiene suerte de curarse. El milagro no existe. Si existiese, entonces son manos sanadoras que me han abandonado. Ah, las maravillas del cielo y la tierra, necesito una segunda oportunidad saludable para respirar sin miedo, podría ser mi última. El pensamiento de abandonarte es lo único que me asusta– Mira volteó su rostro para esconder las lágrimas que corrían por sus mejillas.
̶ Mira, tengo tanto miedo de estar sin ti. Estaré tan solo – sollocé.
Mira secó sus lágrimas, volteó para mirarme e inhaló.
̶ Deja de llorar como un niño pequeño. Ya eres un adulto. Esas bolas de adulto y vellos no son solo adorno. Tejiri, no seas descuidado. Renunciaste a tu trabajo para cuidar de mí. Le pedí a tu jefe que negara tu carta de renuncia. Le hizo un favor a una moribunda y te dio permiso para faltar por una semana. Tienes cinco días más. Tejiri, firma estos papeles y vuelve a tu vida.
Mira tosió sangre durante diez minutos. Era doloroso verla. Vi la pena en sus ojos y algo se mezcló con una súplica urgente. Levanté mi bolígrafo y escribí mi firma final. Una enfermera altanera se llevó el documento. Su sonrisa y andar eran triunfantes. La cercanía del resultado de mi acción distorsionó mi mente.
El doctor y dos enfermeras volvieron con la inyección letal.
̶ Esto será rápido. Es indoloro – dijo el doctor.
No podía presenciar la muerte de Mira. Me fui de la habitación preguntándome si mi decisión final era la correcta. Había sido insoportable verla sufrir día y noche. El dolor de barriga de Mira, su constante náusea y vómitos han dejado un retortijón en mi corazón. El cáncer hizo huecos en sus intestinos. Mira estaba siendo alimentada por tubos; excretaba en la cama. A veces, cuando los desperdicios se devolvían a sus intestinos, las heces pasaban por su boca, nariz y ano al mismo tiempo.
La enfermedad de Mira irritaba a algunas de las enfermeras. Eran reacias a atender su habitación. Una vez, escuché a una enfermera diciendo que yo había perdido la razón.
̶ Él está magnífico con su enfermedad. ¿Cómo una persona puede respirar cómodamente con este cadáver fétido?
Mira había sido mi ángel guardián. Fue el escudo que me protegió cuando perdí a mis padres. Tenía quince años. Murieron mientras protestaban por salarios no pagados y atrasados. De acuerdo con el reporte policial, los mataron las balas perdidas. Eran el pilar de la protesta por solidaridad en Lagos. Había escuchado a Mira decir a un colega que mis padres eran víctimas de una conspiración.
Mis padres murieron como practicantes de medicina pobres. Su juramento profesional y personal era salvar vidas. Pagaban las facturas de extraños en el hospital. Después del entierro, ninguno de sus familiares quería ser mi guardián. Se enteraron que el hospital privado de mis padres estaba en quiebra. Mira me adoptó, era una matrona en su hospital.
Estaba agotado. Cerré mis ojos. Mi cabeza dolía. Latía al escuchar la confirmación de la muerte de Mira. No escuché ningún paso caminando hacia mí hasta que sentí una mano tocarme.
̶ Tejiri, ganamos. El juez te ha dado permiso de llevarte a Mira a casa hasta que muera – dijo Kome.
Esta noticia de Kome, mi abogado, me dio felicidad. Lloré y lo abracé con fuerza. Corrí a la sala de Mira. Grité al doctor para que detuviera el procedimiento.
Estaba jadeando cuando llegué a la habitación.
̶ Deténgase doctor, su hospital perdió. Usted y su administración han perdido. He ganado el caso de llevarme a mi Mira a casa. Ella vendrá a casa conmigo.
Mi abogado dio un paso adelante con la orden.
̶ Por favor, deje ir a la paciente con mi cliente. A partir de ahora, él es su cuidador.
Mi sonrisa era radiante al escuchar esa afirmación.
̶ Si, deme a mi Mira. Sé que seguramente todos ustedes le han dicho cosas horribles para hacer que se odie a sí misma y busque la muerte como un socorro. – toqué la mejilla de Mira. Sonrió débilmente.
̶ Eres un tonto Tejiri, esta es una movida tonta. El hedor será espantoso en tu hogar. Después de que me vaya, el apartamento apestará por un largo tiempo.
̶ Si, Mira, eso es lo que quiero. Quiero que tu fragancia perdure por siempre – los rostros de las enfermeras se endurecieron mientras limpiaban a Mira – Miren, enfermeras, sé que ninguna de ustedes quieren hacer esto. Desháganse de esas caras largas, háganlo con una sonrisa. Esta será la última salida de Mira de su hospital. Me llevaré a mi Mira a una isla. Seremos Mira y yo en el paraíso.
̶ No puedo esperar a ver el paraíso – dijo Mira.
̶ Solo es una pequeña y hermosa casa en una isla en Epe. Ah, Mira, la amarás.
* * * * * *
Estábamos en el balcón. El sol de la mañana caía sobre nosotros. El sol era como un bálsamo que sana. Estaba muy frío anoche, el leve calor apacigua mi piel. Mira se sentía en casa. Estaba en una camilla. Le puse algunas almohadas para apoyar su espalda y brazos.
̶ Tejiri, eres el mejor cuidador. Prometo no molestarte.
Se veía frágil. La mayor parte de su peso se había desvanecido. Sus ojos eran del color de un rio verde, apagados y tristes. No podía ver la felicidad que su rostro solía irradiar. Abrí una barra de chocolate y le di un mordisco.
̶ Tejiri, dame un poco, por favor.
̶ Mira, eres diabética. Esto tiene azúcar.
̶ Tejiri, Tejiri, ¿un cadáver puede morir? – se burló.
̶ No puede ser. Lo lamento. Ten esto Mira y el resto está en la nevera.
Abrí más el empaque de chocolate y se lo di a Mira. Comió el suave chocolate con placer. Sonrió. Saboreó el bocado y le dio otro mordisco.
̶ Mira, es tiempo de tu baño.
̶ Tejiri, déjame tranquila. Amo este lugar – Mira se acurrucó más en la suave cama.
̶ Sabía que te encantaría. Siempre dije que iba a construir una isla personal para ti. Lamento que haya llegado tan tarde.
Mira suspiró con fuerza.
̶ Tejiri has hecho suficiente. Estoy muy orgullosa de ti. Ahora eres un exitoso Ingeniero Petrolero. Salud por más abundancia – me dio un trozo pequeño de chocolate.
Lo tomé y comí. Volteé a observar la vista pacífica de la isla. Un torrente de viento fresco golpeó mi rostro.
̶ Esta riqueza no significa nada sin ti para disfrutarla.
̶ Ve por esos chocolates. Quiero comerme cada barra que tengas en esa nevera
̶ Está bien Mira, buscaré los chocolates.
̶ Te quiero, Tejiri.
̶ Mira, sabes que te quiero muchísimo – le di un beso rápido en la frente.
Mi vejiga estaba llena. Fui al baño. Mientras orinaba, una brisa fría acarició mis piernas. Temblé por el escalofrío repentino. Me pregunté de dónde venía porque la temperatura del lavabo era tibia. Miré a la puerta cerrada y a la ventana. Sacudí mi cabeza, bajé el agua del retrete y lavé mis manos.
Me tomé mi tiempo para desenvolver todos los chocolates en una bandeja y la cubrí con un paño. En mi camino al balcón, pateé mi pie y aullé. Herí mi dedo gordo. Ignoré el dolor y me apuré a la terraza.
Mira estaba relajada en una posición agradable. Había puesto una almohada bajo sus pies. El chocolate embadurnado en sus labios. Sonreí y puse la bandeja en una mesa. Me arrodillé frente a ella.
̶ Mira, hay muchos chocolates. ¡Tendrás un festín!
Mira estaba en silencio y no se movía. Tomé su mano. Su cuerpo se había puesto frío. Sus ojos habían quedado abiertos. Cerré sus párpados y sorbí por la nariz. Mira no esperó para despedirse de mí. Por mis mejillas corrieron lágrimas.
Dos
El Título Transicional
Jessanació en Jagua. Cuando el hombre más Viejo murió, él buscó cómo ascender a la posición. Recibió noticias impactantes del consejo de coronación sobre que no era originario de Jagua. Por lo tanto, no podían coronarlo como el Okpako (hombre más viejo de la aldea). Sus ancestros habían sido extranjeros. Jagua era hospitalario y se habían establecido en la comunidad.
El primogénito de Jessa, Jaja, estaba muy enfadado. Juró demandar a la comunidad ante un tribunal. Quería probar que estaban equivocados y que su clan de la cuarta generación no eran forasteros.
Jaja argumentó que cuando un individuo ha estado durante varias décadas en un territorio, naturalmente se vuelve habitante del estado. Los migrantes eran aceptados y respetados como ciudadanos comunes. Tenían ventajas iguales a pesar de que no había documentación legal de su ciudadanía en el pasado. Jessa persuadió a su hijo de ir a la corte.
Sin embargo, Jaja era persistente y presentó el caso. Le dijo a su padre que una denuncia pública de su clan era deplorable.
̶ Mañana iré por el pueblo haciendo preguntas – dijo Jaja –. Voy a encontrar nuestras raíces.
Al día siguiente, Jessa fue por una caminata nocturna. Jaja estaba esperando en la sala de estar cuando volvió. Jaja se levantó y guio a Jessa para sentarlo. Puso el bastón de su padre contra la pared.
̶ ¿Dónde has estado? – preguntó Jaja – Te ves exhausto. Te traeré un vaso de agua.
Jessa se tomó el agua y la terminó lentamente. Jaja tomó la taza y la puso en la mesa.
̶ Gracias, hijo mío. ¿Qué descubriste? Estuviste fuera durante mucho tiempo– dijo Jessa y sacó su snuffbox1. Puso un poco del polvo en sus orificios nasales. Aspiró y pellizcó su nariz.
̶ Padre, rastreé nuestro linaje a Ebito. Es cuatro pueblos más allá de Jagua. Ahí fue dónde tu bisabuelo migró. La gente me dio una cálida bienvenida. Padre, reconocieron la marca de nacimiento en mi mejilla. Dijeron que tu bisabuelo tenía la misma marca – Jessa asintió con emoción –. Iré y construiré una casa, un nuevo hogar para nosotros – dijo Jaja.
Jessa no estaba feliz con las noticias. No quería dejar Jagua. Esta tierra ha sido su legado.
̶ ¿Por qué construir una casa tan pronto? – preguntó Jessa preocupado. Agarró la taza y la puso entre sus piernas.
Jaja vio que su padre estaba infeliz.
̶ Padre, ¿por qué estás triste? Deberías estar feliz. Hemos descubierto nuestra verdadera identidad. Al dejar Jagua sé que perderemos muchas cosas, algunas posesiones y recuerdos preciados. Me encantaría quedarme, pero la comunidad ha ridiculizado el honor de nuestra familia. No te preocupes, padre. Nunca es muy tarde para empezar de nuevo. El peor daño debió ser que no pudimos rastrear nuestra ciudad natal. Lo bueno es que los hermanosguardaron una porción de tierra para nosotros en Ebito. Me iré a Ebito esta noche. Tenemos mucho trabajo que hacer. Llamé a mis hermanos en mi camino de vuelta de Ebito. Han enviado dinero para los materiales de construcción – Jaja se arrodilló frente a su padre y tocó sus pies. Jessa acarició su hombro. Jaja llevó la taza a la cocina y fue a su habitación. Jessa se veía serio.
* * * * * *
En la mañana, Jessa salió a caminar por el pueblo en un silencio taciturno. Fue a la orilla del rio, donde había pasado la mayor parte de su tiempo nadando de chiquillo y pescando de adulto. El rio estaba bien para él. Fue en su hermosa arena blanca que encontró un enorme diamante.
Jessa no lo deseaba para sí mismo, todo el pueblo se benefició una vez que vendió el diamante. Envió a sus hijos y otros niños de la población a una escuela en la ciudad. A sus hijos les iba bien en sus carreras. Cuatro de sus hijos vivían en Europa, solo Jaja vivía en Jang, una ciudad después de Jagua.
Jakpo, el amigo íntimo de Jessa se le acercó.
̶ Vi a Jaja esta mañana. Me contó todo. Jessa, ¿por qué te quieres ir? La gente de Jagua no te ha pedido que te vayas. ¿Estás tan triste de que no puedes ser el Okpako? Jagua no te puede conceder el título. No eres un verdadero ciudadano de Jagua, por lo que no puedes ser el miembro más anciano de la comunidad. Este título es como la realeza. Jagua no le puede dar este título a un extranjero.
̶ No, Jakpo, te equivocas. Este título es honorario a un hombre que ha visto muchos años en la tierra y en un territorio. Este título no es un legado dentro de un hogar real. Es un título transicional para el hombre común. Cualquier individuo digno se lo puede ganar. ¿Tienes idea de cuántas décadas he estado en Jagua? Nací aquí. Tengo ochenta y ocho años de edad. Es un privilegio cuando los dioses bendicen el cabello negro de un hombre para convertirse en gris. No puedes derretir diamantes en oro. Me he ganado este honor. El consejo de coronación piensa que me han arrebatado mi júbilo, pero están equivocados. No importa si la comunidad me otorga el título o no, por naturaleza me he ganado este derecho.
Hubo silencio por un tiempo.
Jakpo se aclaró la garganta y masticó su brushingstick2, escupió unas partículas y mordió el palito de nuevo.
̶ Soy el siguiente en la línea. La gente de Jagua me coronará Okpako.
̶ Sí, felicidad mi buen amigo y que las bendiciones de tus antepasados habiten en ti. Nunca arrastramos peces en el rio; siempre hubo suficientes peces en el rio para que todos los pescaderos pudiesen agarrar. No vamos a pelear por un título. Te deseo lo mejor amigo mío.
̶ Jessa, no deberías irte, eres gran parte de este reino. Tus ancestros viven aquí.
̶ Mis ancestros también habitan Edito. Usaré mis últimos días en la tierra para ofrecer liberación a mis ancestros. No los he conocido, déjame ir a adorarlos en Ebito, Jakpo; debo ir. Déjame volver a mis raíces. Rezo por tener una bienvenida agradable. Estoy seguro de que mi propia gente no va a ponerme en una balanza despectiva. ¿Quién sabe amigo mío? Los dioses me han dado una oportunidad de reconciliarme con mis raíces. La descendencia de mis hijos no será una generación perdida. No se enfrentarán al rechazo de la familia. Solo me pregunto quién reveló este conocimiento después de tantas décadas. Nunca supe que no era de Jagua. ¿Quién conoce mi historia mejor que yo? – Jakpo desvió la mirada – Jakpo, ¿tienes idea de quién reveló que yo no soy originalmente de Jagua? – Jakpo se rio con nerviosismo.
̶ No, amigo mío, no tengo idea de quien será esa persona – respondió rápidamente –. Espero que cambies de parecer sobre irte. Jessa, tu decisión es ondulada como este rio. Sé que quieres quedarte en Jagua.
̶ Mi corazón siempre estará con este río, esta agua ha vivido en mis venas, déjame probar las aguas de mi origen. Si fuera por mí, envejecería y moriría en Jagua. Mis hijos quieren que nos vayamos de Jagua, por siempre. Debo obedecer las peticiones de mis hijos. Un hombre no tiene miedo de caminar desnudo por su propia casa. Solo un invitado debe ser cuidadoso alrededor de la casa. Tengo una línea de invitados en Jagua. Permíteme llevarlos de vuelta a casa. Mis hijos se sentirán como completos extraños una vez que me vaya. ¿Qué sentido tiene prolongar mi lugar en Jagua cuando la gente nos ha mostrado que nuestro lugar no es este? El legado del que me enorgullezco no es la identidad de mis hijos. Déjame llevarlos a casa para que puedan mostrar sus insignias con orgullo.
Jakpo vio más allá del rio con un sentimiento de nostalgia.
̶ ¿Recuerdas cuando perseguimos un conejo hasta su madriguera? – dijo.
̶ Sellamos el hueco. Fuimos a buscar madera en el bosque para preparar la carne de caza y no encontramos nuestro camino de vuelta – respondió Jessa.
̶ Nos consideramos carne de caza cuando ese lobo nos atacó – dijo Jakpo y se rio.
̶ Tenemos suerte de que el cazador lo matara antes de que nos destrozara – comentó Jessa y resopló.
Los dos hombres viejos se rieron. Hicieron memoria de cuando corrían por la comunidad cuando eran niños pequeños. Sus sonrisas se esfumaron cuando la realidad los alcanzó.
̶ Los días son grises y duros – afirmó Jakpo –. Te voy a extrañar viejo amigo. Estaré muy solo cuando te vayas. Estos jóvenes no tienen tiempo para viejos amargados. ¿Quién me hará compañía?
̶ ¿Quién vendrá a visitarme y cuidar de mísí me quedo? Perderé a Jaja y a mis otros hijos si no voy a Ebito. Ya han tomado la decisión. Quieren dejar Jagua por siempre – Jessa se agachó cuidadosamente y escogió un guijarro, lo apretó y sintió la frialdad de la piedra.
Jakpo asintió.
̶ Tienes a un gran hijo en ese joven hombre, Jaja. Quisiera que alguno de los míos volviesen a casa. Décadas de memorias se ahogarán con tu partida. Adiós mi amigo, nos veremos en el otro lado.
̶ Te extrañaré. No puedo expresarte cuánto, no puedes ver tan bien. Mis ojos están muy secos para llorar – Jessa respingó. Le deseó lo mejor a Jakpo y lo dejó junto al rio.
̶ Deseo que cambies de parecer y te quedes amigo mío. No sabía que la situación se volvería tan desagradable. Solo quería lo que era mío por derecho – dijo Jakpo cansinamente ante la figura que se desvanecía de Jessa.
Jessa caminó de vuelta a su casa. Algunos de los niños se le acercaron para jugar y repartió dinero entre ellos.
* * * * * *
Antes de la luz de la mañana, Jessa y Jaja estaban listos para irse a Ebito. Jessa miró en dirección al arroyo con anhelo. Se imaginó a sí mismo y a Jakpo caminando hacia allá con sus instrumentos de pesca.
̶ No es fácil separarse de esos recuerdos – Jessa se veía triste.
̶ Ven padre, ya has dado suficientes despedidas. Debimos habernos ido antes de que el sol se pusiera, la carretera no es amigable en hora punta.
̶ Sí, algunos caminos no reconocen ruedas viejas que siempre han viajado sobre ellos. No tiene tratamiento preferencial. Vámonos. Ya no somos bienvenidos.
Dos semanas más tarde, los ancianos del pueblo tuvieron una reunión y concluyeron en usar la casa de Jessa como su nueva sede de reuniones. Jessa les había legado la casa a ellos. El día de la Coronación del Okpako, llegaron excavadoras.
La voz del operador del vehículo tronó por un altavoz.
̶ Todos en este edificio deberían salir en los próximos treinta minutos, vamos a derribar la casa. En veintinueve nos movemos – comenzó a contar –. Uno, dos, tres, cuatro… – en la décimo novena cuenta, el edificio estaba vacío. La excavadora destruyó la casa por instrucciones de Jaja.
̶ La gente observó con tristeza mientras algunos hombres se acercaban con mazos a destruir bloques. Ninguna estructura o bloque permaneció parado. Un tráiler llenó el cemento machacado y se fueron.
̶ Este es un evento desafortunado. ¿Cómo podemos tener la ceremonia de coronación en esta ruina? Debemos buscar por una nueva sede o fijar una fecha para la coronación – dijo un joven hombre.
̶ Pero, ¿dónde está Jakpo? – preguntó el Jefe de la Comunidad desesperadamente.
̶ No ha aparecido para la ceremonia. ¿Ha escuchado las noticias? Este desafortunado incidente lo va a devastar. Su ceremonia se ha arruinado, no podrá ser hoy – dijo un anciano.
̶ Jakpo debió escuchar las noticias. Sabe todo. ¿No fue él quien descubrió que Jessa no era un verdadero ciudadano de Jagua? Sabe todo. Después de esta junta, iremos a su casa. Le haremos una visita – dijo el Jefe de la Comunidad.
No encontraron a Jakpo en su casa. Sabían que Jakpo era apegado con el rio y pensaron que podía estar ahí. Saliendo de su complejo encontraron al niño que cuida de él. El niño les dijo que Jakpo no había estado en casa desde el amanecer.
̶ Es un comportamiento extraño. Déjanos ver si está en el arroyo – dijo el Jefe de la Comunidad.
Fueron al río y lo vieron. El cuerpo de Jakpo estaba flotando hacia la orilla. Corrieron hacia el agua y arrastraron el cuerpo fuera. Estaba muerto. Vieron su par de zapatos, lentes de lectura y un libro bajo su árbol favorito. Jessa y Jakpo habían tallado algunos y habían hecho bancos de raíces junto al rio. Su pila de pertenencias yacían en uno. El niño pequeño cayó y lloró.
̶ Supongo que cometió suicidio. Ah, el reino oscuro ha puesto ojos malvados en Jagua. Hoy es un día muy oscuro en nuestra historia. ¿Quién nos despertará de este augurio? – lamentó una mujer.
̶ Mire esto, jefe – el niño limpió sus lágrimas con su brazo y le entregó una nota al Jefe de la Comunidad.
̶ ¿Dónde conseguiste esta nota? – preguntó deslumbrado el Jefe de la Comunidad.
̶ Jefe, ¿qué dice la carta? – preguntó la mujer. El Jefe leyó la carta en voz alta.
̶ “No puedo vivir conmigo mismo después de traicionar a mi mejor amigo, Jessa. Lo lamento mucho queridísimo amigo. Mi bisabuelo me había contado tu historia. Le dije al consejo de coronación por mi autocomplacencia de ser Okpako. Era un pecado estar celoso de tu estatus. Por favor, perdóname. Nadie debería llorar por mí. Ya lloré por mí. Jakpo. ”
Como cometió suicidio, la comunidad no tuvo una ceremonia de entierro para Jakpo. Los hijos de Jakpo lo llevaron al bosque malvado. Desecharon su cuerpo para que la bestia salvaje lo enterrara en sus estómagos.
Darmowy fragment się skończył.