Czytaj książkę: «Aproximación a la teoría del comercio internacional desde el enfoque de la integración»

La palabra integración proviene del latín integratio, que significa renovación. Por esta razón, hablar de integración implica referirse no solo a un proceso de los últimos cien años de la humanidad, sino a los orígenes de la misma. Al revisar la literatura, se puede observar que este concepto ha sido más desarrollado en la segunda mitad del siglo xx; sin embargo, es imposible desconocer que la construcción de esta palabra se ha dado como resultado de diferentes situaciones históricas de la humanidad, que datan desde las comunidades primitivas.

Concepto

Para poder entender epistemológicamente en qué consiste la integración económica, vale la pena analizar, en la literatura especializada en el tema, la definición que le han atribuido algunos autores en diferentes disciplinas del conocimiento, como la economía, las ciencias políticas e internacionales y los negocios internacionales; para lo cual, se expondrán algunas de ellas a continuación:

“La integración económica es el proceso mediante el cual los países van eliminando sus características diferenciales” (Tugores, 2002, p. 173).

Por su parte, la integración económica es definida por Gallegos (2010) como

La vinculación voluntaria e inercial que establecen dos o más economías nacionales, con el objetivo de intensificar sus relaciones, reduciendo los obstáculos de intercambio comercial, financiero, tecnológico, laboral y cultural (p. 159).

Para Vilamizar (1998, p. 19) la integración económica es:

El proceso a través del cual los países participantes convienen eliminar los derechos arancelarios y las restricciones de todo orden a las importaciones de productos originarios de sus respectivos territorios, pudiendo estas medidas acompañarse de políticas comunes en lo económico y social.

Desde una perspectiva enfocada en las ciencias políticas encontramos que “la integración en general y la regional en particular, se puede considerar como un medio y no un fin en sí mismo, pues posibilita la constitución de relaciones económicas globales bajo principios multilaterales” (Forero, 2011, p. 54).

Existen notables factores en común en las anteriores definiciones, como la eliminación de obstáculos, ya sean económicos o de otra índole, y la consolidación de relaciones multilaterales entre Estados. Además, se rescata el concepto simple y radical planteado por Tugores (2002) al indicar que la integración logra finalmente unificar características entre sus participantes; de manera que consolida una identidad grupal y no unilateral, un ejemplo perfecto de ello es la Unión Europea.

Es importante resaltar que pese a que el concepto de integración económica tuvo desde un inicio un enfoque más comercial, técnico aduanero y económico, algunos teóricos han logrado ampliar el sentido de su definición al incluir los planos social, tecnológico y cultural. Los cuales, entre otros, son temas supremamente relevantes, sensibles y muchos de los cuales al final se ven mayormente beneficiados o no con la ejecución de los procesos de este tipo.

Teniendo en cuenta dichas definiciones globales, es importante aterrizar el término con la definición literal de la palabra integración, la cual “[Integrar] proviene del latín integrāre ‘renovar’, ‘completar’ y se refiere a la construcción de un todo; Aunar, fusionar dos o más conceptos, corrientes, etc., divergentes entre sí, en una sola que las sintetice” (Real Academia Española, 2017). Dicho esto, ¿podría aseverarse que tal proceso se ha logrado a cabalidad?, ¿ha permitido la integración que todos los Estados-nación del mundo se unan y trabajen por un fin común, en este caso el económico?

Tabla 1. Objetivos de la integración.

Fuente: resumen elaborado a partir de Vacchino (1981).

Lo cierto es que la integración se ha logrado de manera parcial, pues ha mostrado grandes avances especialmente en países cercanos territorialmente, los cuales, mediante acuerdos, han logrado consolidarse como bloques fuertes, productivos y dinámicos. Sin embargo, hacia el exterior imponen grandes barreras a todos aquellos que no hacen parte de esos grupos, lo que dificulta el comercio sin discriminaciones y, por supuesto, el principio de nación más favorecida (nmf). Uno de los pilares básicos de los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (omc) permite aseverar que continuamos en una clara economía mundial fragmentada y regionalizada.

La integración se ha convertido en materia de debate entre muchos teóricos, quienes consideran que debería usarse ese término en lugar de integración; ya que los tipos de integración, como la unión entre un grupo reducido de países y cuyos casos más representativos, son sin duda la ue, el North American Free Trade (Nafta) y el Mercosur.

Más allá de si la realidad se apega a la definición literal de integración o no, es importante indicar cinco características básicas de cualquier tipo de acuerdo de integración:

1.La base de la gran mayoría de iniciativas de integración es económica y política.

2.Los Estados-nación son los principales actores y quienes representan directamente los intereses de su pueblo, por lo que un acuerdo no puede ser ratificado por particulares, sino por los entes gubernamentales designados para ello.

3.La decisión de entrar a hacer parte de la integración en cualquiera de sus etapas parte de una iniciativa totalmente libre de un país.

4.Debe existir claridad total sobre el objetivo que se persigue con el ingreso a una integración. De acuerdo a Sarmiento (2012, p. 114) “si la intención como país es fortalecer el modelo económico propio, ¿fortalecer la apertura o ampliar el mercado? ¿es proteger la economía o aumentar el flujo de comercio?”. Ya que, generalmente, ambos objetivos no pueden coexistir e inevitablemente uno tendrá efectos directos sobre el otro, esta definición de metas debe ser compartida con todos los miembros de una integración.

5.Los países deben tener modelos homogéneos que les permitan operar con estructuras arancelarias similares. Esto porque al entrar en negociaciones y pactar acuerdos debe existir simetría entre los términos que se acuerda para evitar controversias futuras.