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La Conquista de Glouster
La Liberación de los Territorios de Ramsary
Libro Uno
Enrique Laurentín
Copyright © 2021 Enrique Laurentín
Todos los derechos reservados.
DEDICATORIA
Durante el transcurso de la redacción de este libro, experimentamos muchos desafíos, logramos descubrir cómo evolucionamos los seres humanos, las situaciones que enfrentamos durante esa evolución y las cicatrices que van surgiendo a medida que avanzamos. Este libro es para todas aquellas personas que llevan las marcas del viaje de la vida. Las vivencias individuales, en su mayoría hermosas, cuéntelas con orgullo porque significan que ha crecido y que es más fuerte que cualquier persona que intentara compararle.
Índice
Copertina
La Conquista de Glouster
Copyright © 2021 Enrique Laurentín
DEDICATORIA
Introducción
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo Siete
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capítulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Quince
Capítulo Dieciséis
Capítulo Diecisiete
Capítulo Dieciocho
Capítulo Veinte
Extracto de La Alianza Dorada
Nota del Autor
La Alianza Dorada
Introducción
Los Territorios de Ramsary se encuentran bajo el dominio y las decisiones tomadas en su ciudad Capital, Elsum. Desde allí el Primer Ministro de Ramsary, Alex Cliff ejerce su poder de manera despótica sobre los demás territorios, aprovechándose de que ostenta un cargo anacrónicamente hereditario que no solo le otorga el privilegio del poder sino la hegemonía de su ejercicio sin piedad alguna hacia ningún habitante, lo que ha encendido una creciente molestia y odio de la mayoría de los habitantes, quienes en la intimidad de sus pensamientos anhelan cambios para un futuro más próspero y mejor.
Los habitantes aspiran alcanzar mejores condiciones de vida en todos los territorios que una vez fueron motivo de alegría, felicidad y progreso, La Gema del Oriente como antiguamente se conocía en todo el mundo oriental, el Gran Ramsary.
Luego de muchos años, algo se está gestando silenciosamente pero a pasos agigantados para forzar ese anhelado cambio…
Capítulo Uno
El trinar de las aves anunciaba la llegada de un nuevo amanecer, la oscuridad que le precede comenzaba lentamente a disiparse a medida que la intensidad de los trinos iba en aumento, inundando el ambiente y despertando a todos los seres que hacían vida común en Crestor. El olor a leña quemándose comenzaba a inundar el aire de la ciudad activando todos los sentidos, mientras el aroma a café y comida en cocción conquistaban espacios, propiciando la vigorización de cada calle, cada casa y cada ser. Nuevas oportunidades encapsuladas en un lapso de 24 horas brindaban ilimitadas posibilidades a todos.
Crestor se encontraba al oeste de Elsum, era la ciudad más pequeña de los territorios de Ramsary y se había caracterizado siempre por ser la ciudad más innovadora y productiva de todos los territorios occidentales, orientales y remotos a lo largo de la historia, junto con Lambar, Glouster y Elsum conformaban las mayores ciudades de los territorios de Ramsary junto con todas las villas y pueblos. Su producción agrícola y sus adelantos tecnológicos alcanzaban para abastecer a los demás territorios, además de que su infraestructura deportiva contaba con los mejores campos deportivos de todos los territorios, tenía fama de producir a los más connotados líderes del país. Sus habitantes eran personas alegres, dinámicas y siempre dedicadas a sus tareas.
Poco a poco los habitantes se incorporaban a sus actividades cotidianas, mientras tiendas y mercados abrían a la actividad. Y así como despertaba la ciudad, los cuarteles militares y las oficinas oficiales. Mientras los habitantes poco a poco se trasladaban a sus trabajos, un grupo de militares corría en una perfecta formación acompasada con cánticos guerreristas que exaltaban la combatividad de la fuerza. Y así comenzaba a avanzar un nuevo día.
Más tarde, en el comando general de Crestor discutían los Sub Comandantes con el comandante general acerca de la importancia de los próximos juegos inter ciudades pautados para un mes más tarde a partir de ese día. Esos juegos siempre sirvieron para mantener la cordialidad entre los habitantes y las fuerzas vivas de cada una de los territorios de Ramsary, reuniendo no solo a aficionados y deportistas sino a las fuerzas militares, policiales y políticas de cada uno. Permitieron debatir tras los bastidores olímpicos los sucesos que podían estar afectando a cada territorio y las consecuencias generales en los demás territorios y sus poblaciones.
En la Sala de Operaciones del Comando General de Crestor, el Comandante General Lionel Sangma presidía y escuchaba la disertación que el Sub Comandante Bernard Dartnell exponía dando los detalles acerca de la logística para cubrir el evento deportivo programado, trabajaban con la anticipación correcta para no omitir ningún aspecto. El grupo atento a la exposición concentraba sus miradas en las cifras que ilustraban la narración pertinente, mientras en sus mentes desplegaban los diferentes recursos en cada área, trazando sus propias estrategias.
La ciudad ya despierta y sumida en los quehaceres cotidianos de la economía, las amas de casa seleccionando y adquiriendo víveres, flores y demás productos necesarios para mantener la calidad de vida de cada familia.
“¡Buenos días alegría!” saludaba efusivamente Lexi al entrar a cada establecimiento, dando inicio a una especie de ritual que consistía en revisar los abarrotes ofrecidos para seleccionar o no lo que pudiera necesitar. Luego al completar sus revisiones, entablar cortos diálogos con el tendero y dando ojeadas a los alrededores para verificar que no olvidara nada antes de continuar su camino hacia el “Café Antiguo Crestor” a reunirse con su gran amiga Ava, con quien había acordado compartir un café y panecillos típicos del lugar. Continuando así su ritual entre ristras de ajo y expendios de frutas de todo tipo y colores, cultivadas por los Biogrunts más dedicados y especialistas en producir las frutas y vegetales de mayor calidad y más altos aportes de nutrientes para garantizar la salud de sus consumidores, especialmente de los afortunados habitantes de Crestor.
El aroma de café y de especias sobre fondo de madera abrazó a Lexi a su llegada al “Café Antiguo Crestor”.
“Bienvenida al Café” Saludó atentamente una joven anfitriona.
“Hola, Buenos días, vengo a encontrarme con una amiga que me espera en el segundo salón”
“Adelante, siéntase como en su casa, y si necesita cualquier ayuda o información, no dude en llamar mi atención que allí estaré”
Desplazándose entre las mesas multicolores se dirigió al lugar acordado la última vez que se reunieron.
“¡Lexi! Escuchó su nombre al acercarse a la mesa acordada mientras su gran amiga Ava se ponía de pie para recibirla con un gran abrazo, apartando luego una de las sillas aledañas e invitándola a sentarse, mientras ambas se acomodaban hizo señas a uno de los camareros del lugar, un joven que apenas estaba abandonando la adolescencia, para ordenar dos raciones del llamado “Vigoroso” el cual consistía en una enorme taza de café y panecillos con queso y mermelada que aportaban un chorro de energías a quienes lo consumían, preparándolos para asumir cualquier día de actividades que tuvieran que enfrentar.
“Amiga estoy muy contenta de verte y de que podamos compartir parte de nuestras vivencias” Comenzaba la conversación Lexi, mientras Ava le veía con mucho entusiasmo. “Estas conversaciones son un ingrediente invaluable para nuestra tranquilidad y avance siempre. “Sí, nuestros esposos dedicados en sus comandos y nosotras haciendo nuestra parte”
“Jamás imaginarán cuan valioso será nuestro aporte” respondía Ava con mirada brillante y ambiciosa.
Las carcajadas no se hicieron esperar, mientras la orden llegaba de manos del mismo joven mozo que la había tomado y se obligaban a reprimir el despliegue de alegría ante su llegada. Dos platos con panecillos glaseados con mermelada y tiras de queso hermosamente acompañados de una gran taza de café achocolatado y aromatizado con especies de la zona cada uno. Ava abrió sus ojos grandemente mientras Lexi levantaba sus manos en señal de triunfo al recibir tan atractivos platillos.
“Amiga, disfrutemos este manjar, antes de que ocurra cualquier cosa. Esto es un pedazo de cielo que no debemos hacer esperar” Comentó Ava todavía con sus ojos ampliamente abiertos en señal de gran sorpresa.
“¡Siii, a por ellos!” respondió Lexi mientras echaba mano de uno de los panecillos, partiéndolo en mitades para engullir con un gesto exagerado la primera mitad. Poniendo sus ojos en blanco mientras el delicioso sabor se apoderaba de todos sus sentidos.
“Lexi, si algo extrañaré algún día en caso de no tenerlos, serán estos deliciosos panecillos”
“Esa sería una triste realidad amiga” respondía Ava viendo hacia los platos mientras cerraba sucesivamente los ojos.
A esa hora, ya muchos Biogrunts adornaban los campos de cultivo atendiendo afanosamente las diferentes plantaciones, los arados y cada planta, mientras otros verificaban la calidad de las aguas destinadas a los cultivos y otros más cuidaban de la naturaleza alrededor de los cultivos para garantizar que la armonía con la naturaleza y la calidad inigualable del agua incidiera sobre los productos cultivados como era ya una tradición en la realización de sus tareas. Mientras tanto, en la ciudad, los Chendis estaban encargados de todas las tareas de construcción y de los avances tecnológicos que mejoraban los procesos de desarrollo de Crestor a pasos acelerados en comparación con ciudades como Lambar, Glouster e incluso Elsum, la Capital.
El Sub Comandante Theodore Lewis mantuvo un dedo elevado hasta ganar la atención del sub comandante Bernard Dartnell luego de transcurridos algunos segundos.
“¿Cuantos de los Grunters necesitaremos para cubrir todas las tareas de logística que usted expone? Debemos tomar en cuenta de que debemos reservar una cantidad suficiente de Grunters para reforzar las posiciones defensivas en prevención de cualquier alteración, además contaríamos con un control más eficiente si destináramos previamente un buen contingente de Grunters solo a las tareas de logística y los excluyéramos del servicio mientras dure el evento” Preguntó y agregó el Sub Comandante.
“Efectivamente, considero muy acertada su recomendación, además de otorgarnos un mayor control, nos permitirá no mezclar peras con manzanas en sentido de mantener la información de cada evento en mejor resguardo.” Respondió el Sub Comandante Bernard Dartnell.
“Muy bien Comandantes, entonces repasemos las tareas de logística ya expuestas para que no queden dudas y comenzar a asignar las funciones respectivas” Acotó el Comandante General Lionel Sangma, a la vez que hacía una seña al Oficial que fungía como edecán para que se alistara a registrar las decisiones a tomar en el respectivo libro de anotaciones.
“Al finalizar la reunión necesito reunirme en privado con Usted Sub Comandante Lewis. Dartnell y los Comandantes de Combatientes podrán retirarse a sus respectivos comandos a cumplir sus planes operativos de manera rutinaria y por favor recuerden actualizar la información relacionada con cada combatiente debido a la reciente incorporación de los nuevos reclutas, y hago el recordatorio porque aún no la he visto en todo lo que he revisado. ¡La disciplina abarca todos los aspectos de sus actuaciones!”
Con un gran abrazo Lexi y Ava se despedían luego de haber compartido por aproximadamente una hora, acordando incluir a Amelia en su próximo compartir, sin embargo Lexi ya estaba planificando dispensar una visita imprevista a Amelia ese mismo día…
Capítulo Dos
Tres fuertes golpes en la puerta alertaron a Amelia quien se encontraba en la cocina de su vivienda, se apresuró a ver quién tocaba con tanta fuerza a través de una especie de mirilla disimulada que había sido instalada por su esposo, el Sub Comandante Lewis aprovechando un pequeño cristal en forma de prisma que reflejaba la imagen de toda el área externa del porche y que colocó de manera disimulada con la ayuda de una planta.
Abrió rápidamente al ver a Lexi parada frente a la puerta e imaginando que alguna urgencia habría surgido por la forma como golpeó la puerta.
“Amelia entremos y cierra la puerta rápidamente” fue el saludo que dispensó Lexi.
“¿Qué ocurre Lexi, hay alguna urgencia?” Preguntó Amelia disimulando sus nervios.
“No, pero puede haberla si no te pongo al corriente de los hechos”
“Ava vendrá a verte, no sé si hoy, mañana o cuando, pero vendrá”
“¿Pero para qué? ¿Qué desea de mí?” Preguntó Amelia.
“Desea invitarte a que te incorpores a nuestras charlas en el café”
“Pero ¿sabe algo, o tiene alguna sospecha?”
“Estoy segura que no, pero considero que si te niegas a reunirte con nosotras podría despertar sus sospechas”
“Mientras tú estés allí, estaré segura, no me negaré” Respondió Amelia, y luego se quedó pensativa por unos instantes y se llevó una mano sobre la boca.
“¿Qué? Preguntó Lexi viéndola fijamente mientras esperaba una respuesta.
“¿Será que su esposo le ha asignado la misión de averiguar si estamos de alguna manera conspirando?”
“Estoy segura de que no, nadie maneja la información de nuestras actividades y su comunicación con su esposo se limita al saludo, según me ha confesado. Al extremo de que muchas veces se entera de las reuniones de nuestros esposos por algún comentario que yo le haya hecho”
“Bueno y cuéntame acerca de qué hablan ustedes cada vez que se reúnen en ese café, para mantener esa misma línea de conversación”
“Realmente hablamos de todo y de nada, mayormente banalidades de la ciudad o acerca de los territorios, sobre los próximos juegos, o cotidianidades del hogar, sin embargo a veces y de manera inesperada me ha preguntado cosas acerca de la situación de los territorios o sobre alguna decisión reciente que haya dictado el Primer Ministro y es esa la razón por la que me he mantenido alerta. Una simple ama de casa no anda pendiente de ese tipo de informaciones y menos aún si no la lesionan de ninguna manera.”
“Entonces repasaré las recetas de cocina que más domino para ocupar su mente con mis capacidades culinarias, y adicionalmente le hablaré acerca de las técnicas de bordado de los tapices que tanto me gusta confeccionar, ¡la perfecta ama de casa!” Argumentó Amelia guiñando un ojo hacia Lexi.
“Perfecto amiga, ahora invítame un vaso de agua fresca para recuperarme del apuro que me causo venir a verte de inmediato, Recuerda que el factor tiempo es nuestro segundo mejor recurso”.
Al terminar el vaso de agua, Lexi le pidió a Amelia dejarla retirarse por la parte trasera de la casa y así evitar ser vista por cualquier persona mientras salía de regreso a la cotidianidad de su vida doméstica.
“Lewis, ya el tiempo de la acción se aproxima, debemos afinar todos los detalles y sobretodo ser muy precavidos para detectar posibles informantes de Elsum y neutralizarlos silenciosamente". Argumentó el Comandante General Lionel Sangma.
“Sí Señor, ya está todo planificado, las acciones de neutralización también listas y los aliados ya comprometidos” Respondió el Sub comandante Lewis sin ningún titubeo, demostrando la veracidad de sus palabras y la firmeza con que se actuaría en caso de detectarse algún posible infiltrado.
“Recuerda que debemos actuar con la mayor contundencia y rapidez posible para neutralizar cualquier reacción. Que cuando intenten reaccionar toquen nuestras armas, y no las de ellos.” Instruyó con firmeza el Comandante General Lionel Sangma.
“Ya nuestros Grunters están realizando el doble de los entrenamientos cotidianos, a los comandantes de combatientes se les ha instruido acerca de la necesidad de aumentar el nivel de entrenamiento porque se ha observado el aumento de bajas por falta de entrenamiento y condición física adecuada, además de la necesidad de mejorar la capacidad de reacción de nuestras fuerzas en cualquier contingencia que pueda presentarse”
“Excelente Sub Comandante Lewis, no podía esperar menos de usted conociendo su trayectoria y la posibilidad cierta de que más adelante me sustituya en este cargo como bien merecidamente lo tiene. Un nuevo amanecer y una nueva realidad son necesarios en Ramsary y nosotros propiciaremos esos cambios para siempre”.
Ava recordó que debía recoger una tela que había encargado para la confección de un nuevo uniforme para su esposo y otra para unos vestidos que deseaba confeccionar para ella y su hija, por lo que se vio forzada a desviarse antes de llegar a su casa.
“Buenos días bella dama, bienvenida nuevamente”. Le dijo el tendero al verla entrar a la tienda.
“Buenos días, caballero, Vengo a buscar unas telas que encargue y que debían llegar el día de ayer”
“Tiene razón madame, por acá están las telas que ordenó. Hoy pensaba hacérselas llegar con uno de mis hijos a quien le encomiendo las entregas de nuestros mejores y más selectos clientes”
“Muy agradecida por el gesto, ¿le adeudo algo todavía?” Preguntó Ava.
“No madame, ahora si desea para su comodidad puedo pedir a mi hijo la acompañe cargándole sus paquetes sin ningún costo para usted”
“Nuevamente gracias, es usted muy amable”
Al salir Ava de la tienda, el tendero le ordeno a uno de sus hijos seguirla de lejos para averiguar su rutina de regreso a su casa.
El joven caminando a unos 100 metros detrás de Ava disimulaba estar buscando una dirección cuando repentinamente un grupo de tres jóvenes de su edad pasaron en dirección contraria al lado de Ava y le gritaron a Jeremy saludándolo, lo que obligó a Ava a voltear para ver la escena que se le hizo cotidiana para ignorarla antes de seguir su camino, de igual manera Jeremy le dijo a sus amigos que estaba ocupado en ese momento cumpliendo un encargo de su padre y que no podía parar.
Cuando trató de observar nuevamente a Ava, ya no estaba en el camino, se preocupó y se hizo a un lado del camino disimulando que acomodaba algo en una de sus botas para ganar tiempo y pensar mientras observaba que podía ocurrir. Luego de breves minutos y cuando Jeremy se encontraba a punto de retirarse desesperado por el posible fracaso en la tarea encomendada, vio a Ava salir de una casa y reanudar su avance.
“Al llegar a casa buscaré los figurines del uniforme de mi esposo para comenzar los trazos sobre la tela” Pensaba Ava mientras avanzaba distraídamente hacia su casa ya cercana.
Jeremy se detuvo al observar que Ava se encontraba manipulando una cerca para entrar a una casa, su casa finalmente. Luego de unos breves instantes se acercó cautelosamente al cercado cubierto de plantas que rodeaba la casa adonde Ava había ingresado y pudo deducir que esa era su casa pues ella se había descalzado antes de entrar cargando los paquetes de manera desordenada y ya sin mayor cuidado.
“¡Hola hija ya he regresado!” comentó en voz alta Ava cuando entró a la casa haciendo maromas con los paquetes y sosteniendo torpemente sus sandalias con un dedo.
“Mamá Ava” Gritó su hija efusivamente. “Te he extrañado, ¿Qué te demoró tanto hoy? La abuela me dijo que seguro te habías escapado a visitar a papá y que ambos se habrían ido a vivir nuevas aventuras sin nosotras”.
“Nunca Melany, jamás ni en juego las abandonaría. Estuve en la ciudad comprando abarrotes, luego tomé un café con una amiga y finalmente fui a recoger la tela para el vestido que le confeccionaré a una niña hermosa”
“Siii, mi nuevo vestido, Te Amo mamá desde este momento sé que luciré hermosa. Desde el mismo momento en que tomaste las medidas y lo dibujaste sobre aquel trozo de papel ya lo sabía” respondió alegremente Melany.
“Será el vestido más bello de todo Ramsary” comentó Ava.
“¿Y adivina quién también estrenará uniforme?” Preguntó
“Papá, él también lucirá muy apuesto en su nuevo uniforme”
De regreso en la tienda Jeremy convocó a su padre a la oficina y le contó que la mujer había hecho una parada breve en una casa en la que entró camino a su propia casa y luego de unos minutos había salido y reanudado la marcha.
“¿Alguien te vio?” Preguntó su padre
“Aparte de tres amigos que correteaban por ese camino, no. Además el detenerme a saludarlos sirvió para disuadir cualquier sospecha que la dama pudiera tener de mi a pesar de la distancia que nos separó en todo momento”
“Muy bien muchacho, si lo decides, serás un gran Grunter” le comentó su padre, orgulloso por la forma de actuar de su hijo y ante la posibilidad de que al finalizar su adolescencia se incorporara a las fuerzas defensivas como un Grunter.
Ya transcurrido el día el Sub Comandante Theodore Lewis y el Sub Comandante Bernard Dartnell conversaban amenamente acerca de los venideros juegos y como los mismos representaban una nueva oportunidad para establecer alianzas con las otras ciudades. Comentaban también acerca de unos problemas surgidos en la ciudad de Lambar con algunos comandantes de combatientes que se habían revelado y pretendían deponer al Comandante General de esa ciudad.
“Realmente considero desafortunadas las decisiones tomadas por esos Comandantes de Combatientes” Opinó el Sub Comandante Dartnell viendo fijamente al Sub Comandante Lewis.
“Las investigaciones revelarán cuales fueron sus motivaciones, debido a que conociendo los beneficios inherentes a sus cargos dificulto que hayan estado molestos. Sin embargo estoy consciente de que algún hecho o situación motivó sus actuaciones” Ripostaba Lewis a Dartnell.
“Si, habrá que indagar la información que cada uno aporte durante los interrogatorios y buscar todas las ramificaciones para eliminar cualquier foco de esa rebelión que permanezca activo.”
“Dispensaré una visita cordial al Sub Comandante Cross para indagar en el suceso” comentó Lewis mostrando interés en el asunto, y levantándose de su asiento ya dispuesto a regresar a su hogar debido a la culminación de la jornada.
De camino a la salida se dió un paseo a través de las barracas pasando una revista de manera disimulada a las actividades que en ese momento cumplían los Grunters y sus respectivos Comandantes. En una de las Barracas fue observado y saludado por el Comandante de combatientes Carl Biorg quien se acercó rápidamente y luego de saludarlo marcialmente le informó acerca de todas las actividades que su personal de Grunters estaba cumpliendo en ese momento.
“Comandante de Combatientes Biorg Señor, cuento con 130 Grunters cumpliendo tareas de mantenimiento operacional, Señor. Hoy más listos que nunca, cuente Usted con nuestra Lealtad y preparación, Señor”
“Excelente Comandante, llegada la necesidad de acción contamos con usted y sus hombres para alcanzar, sobrepasar y consolidar todos los objetivos” Le respondió devolviéndole marcialmente el saludo.
A la Salida del Comando General de Crestor le fueron rendidos los honores correspondientes y al concluir la breve ceremonia abordó un carro de guerra que se encontraba siempre dispuesto y con escoltas para trasladar a los jerarcas militares cada vez que necesitaran movilizarse desde o hacia el Comando General.
El ruido emitido por el tránsito del carro de guerra alertaba a los ciudadanos que caminaban por las calles, al pasar frente a la tienda de telas llamó la atención de Jeremy quien se incorporó rápidamente para asomarse a las ventanas de la tienda a observar el paso del carro de guerra sin dejar de concentrarse en la figura del Sub Comandante y volviéndose hacia su padre para preguntarle que debía hacer para llegar a ese grado militar.
“Padre, ¿Qué debo hacer para llegar al grado de ese oficial y ser yo quien sea trasladado sobre ese carro de guerra?”
“Hijo, lo primero es que te conviertas en un Grunter y ya formando parte de las fuerzas, apliques al cargo de oficial” Respondió su padre sin dejar de mostrar interés en la inquietud de su hijo y acercándose a él, mientras imaginaba al joven uniformado en un futuro no muy lejano.
“Es una carrera que exigirá tu disciplina y abnegación, y sé que tienes lo necesario para triunfar”
“He observado cuanto entrenan en los campos del cuartel general y siento entusiasmo al pensar en formar parte de los Grunters” comentaba como pensando en voz alta.
“Mañana te asignaré una misión hijo. Me contaste que la señora que el día de hoy llevó las telas había estado dentro de una vivienda durante su trayecto de regreso a su casa. Entonces voy a necesitar que averigües quien vive allí, cuantas personas y de ser posible a que se dedican quienes allí habitan. Es de suma importancia contar con esa información.
“¡Cuente con eso Padre!” Respondió mientras retomaba las tareas que previamente cumplía.
“Amelia” llamó en voz alta el Sub Comandante Theodore Lewis luego de despedir a la tripulación del carro de guerra y entrar a su vivienda.
“Amor acá estoy” respondió suavemente Amelia secándose las manos sobre el delantal que vestía sobre sus ropas.
Se abrazaron y luego de un beso, él se dirigió a su habitación a sacarse las botas y la pesada chaqueta del uniforme mientras ella se retiraba el delantal para dejar al descubierto su llamativo vestido.
“La tina está lista para ti si deseas darte un baño antes de cenar” Comentó Amelia señalando en dirección del baño.
“Así lo haré deseando tenerte a mi lado en la tina” Respondió su esposo mientras la tomaba de una mano para no permitirle salir.
“Pero iba a terminar de preparar la mesa…”
“La noche será larga y los estómagos podrán esperar”
Ante el agarre de su esposo, Amelia se dejó llevar y se acercó a él, sentándose sobre sus piernas y besándolo en la boca antes de que él pudiera reaccionar, robándole cualquier iniciativa que pudiera tener planificada.
Luego de besarlo se levantó rápidamente y corrió hacia el baño tomando la delantera mientras su esposo permanecía en la habitación quitándose las demás piezas del uniforme antes de dirigirse al baño. Mientras caminaba hacia el baño se preguntaba la razón del gran silencio que provenía del recinto. Al entrar no vio a Amelia, quien segundos después emergió del agua de la tina entre risas y chapoteos.
La expresión facial de Amelia causó una gran sorpresa a Lewis quien inmediatamente profirió grandes carcajadas al ver el color rojo de la cara de su amada casi ahogada de esperar oculta bajo el agua.
Amelia arrojo agua con ambas manos sobre su esposo antes de que el lograra entrar a la tina.
Ya tranquilos y disfrutando del baño Amelia comenzó a contarle a Theodore sobre su día y la visita intempestiva que le había dispensado Lexi.
“Hoy vino Lexi a visitarme, me quería alertar acerca de una invitación que me hará Ava para que compartamos una tarde de café en los próximos días”
Theodore volteó a verla directamente a los ojos con asombro conociendo los riesgos que implicaba que ella se reuniera con la esposa del Sub Comandante Dartnell, por la fama que tenía de ser una mujer inquisitiva y que manipulaba todas las situaciones hasta obtener cualquier fin que persiguiera.
“Debes ser muy cuidadosa cuando hables con ella, pues tiene la capacidad de Manipular a las personas hasta obtener lo que sea que ande buscando”
“No te preocupes amor, como la perfecta ama de casa que soy, solo se hablar sobre los quehaceres del hogar” le contestó guiñándole un ojo.
“De cualquier manera no le des ningún detalle de nuestras vidas o de nuestros sueños y deseos, hazle sentir que tenemos una vida aburrida e insulsa en comparación a lo que puede ser su vida personal” le instruyó Theodore a Amelia.
Theodore arrojó de improviso una gran cantidad de agua sobre Amelia tomándola desprevenida y dejándola boquiabierta buscando recuperar la respiración.