Czytaj książkę: «Motivaciones »
Motivaciones
¿POR QUÉ HAGO LAS COSAS QUE HAGO?
Edward T. Welch
Publicado por:
Publicaciones Faro de Gracia
P.O. Box 1043
Graham, NC 27253
ISBN 978-1-629461-85-4
© Copyright, 2003 por Edward T. Welsh. Todos los derechos reservados. All rights reserved.
Agradecemos el permiso y la ayuda brindados por P&R Publishing Company, P.O. Box 817, Phillipsburg, NJ 08865–0817.
© Copyright, Publicaciones Faro de Gracia. Traducido al español por Giancarlo Montemayor. La portada y las páginas fueron diseñadas por Benjamín Hernandez de Enjoy Media, Inc.
Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, procesada en algún sistema que la pueda reproducir, o transmitida en alguna forma o por algún medio –electrónico, mecánico, fotocopia, cinta magnetofónica u otro– excepto para breves citas en reseñas, sin el permiso previo de los editores.
© Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. © renovada 1988, Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.
Contenido
Portada
Motivaciones ¿Por qué hago lo que hago?
Publicaciones Faro de Gracia - Otras obras de esta serie:
Motivaciones
¿Por qué hago lo que hago?
Las personas son complejas. Hemos sido comparados con témpanos de hielo (con más bajo la superficie que sobre ella) y cebollas (con múltiples capas). Existen acciones que vemos y motivaciones que no conocemos. Un colega puede aparentar ser muy amable, mientras que solo te está utilizando para subir en la escalera corporativa. Un amigo podría parecer indiferente cunado compartes una historia dolorosa con él, pero la verdad es que tiene miedo de herirte si dice algo incorrecto. Un jugador de futbol puede pavonearse como un gran hombre por el campus, mientras que en su interior lleva la pesada carga de “no muestres debilidad” que le ha impuesto su padre. Nadie se percata de que vive con miedo al carácter impredecible de su padre.
Nuestras acciones públicas relatan una historia; nuestras intenciones privadas pueden relatar otra. Detrás de “lo que hacemos” en nuestras vidas— nuestras palabras y acciones—está el “por qué lo hacemos”—nuestras motivaciones.
Probablemente ya has considerado algunos “por qué” de tu comportamiento.
¿Por qué no pedí indicaciones?
¿Por qué me casé con esta persona?
¿Por qué aposté todo mi salario en una carrera de caballos?
Y, en ocasiones, nos preguntas más profundas.
¿Por qué estoy vivo?
¿Cuál es el propósito de la vida?
O, con mayor frecuencia,
¿Por qué hago lo que hago?
Estas preguntas normalmente surgen cuando tenemos remordimientos por algo que hicimos. De otra forma, tendemos a relegarlas a los márgenes de nuestra vida.
El propósito de este tratado es considerar a detalle por qué hacemos lo que hacemos.
Las motivaciones son importantes
Incluso cuando no pensamos en ellas, las motivaciones son importantes. Son la razón por las que nos gusta Robin Hood y detestamos al Alguacil de Nottingham. Robin Hood pudo haber sido un forajido, pero consideramos que sus motivaciones eran nobles.
Si un esposo se reúne con la mejor amiga de su esposa para obtener idea de regalo para su esposa, es alabado. Pero si su motivo es explorar la posibilidad de un romance, es reprobado.
Los padres no están solamente interesados en la obediencia mecánica o enojada de sus hijos. A ellos les interesa la actitud de sus hijos, que es otra forma de llamarle a las motivaciones. A los padres les interesa lo que sus hijos hacen—y por qué lo hacen.
O consideremos el mundo de las adicciones. Ya sea comida, sexo, drogas o alcohol, una adicción parece automática. La persona adicta ha sido tomada cautiva. Preguntar “por qué” parece tan necio como preguntar, “¿Por qué te resfriaste?”. Pero incluso aquí, las motivaciones son importantes. Debajo del comportamiento adictivo hay anhelos y deseos. Los adictos pueden estar esclavizados, pero, en cierto nivel, ellos quieren estarlo. Ellos son motivados a continuar con su adicción porque les otorga comodidad, placer, poder, libertad temporal del dolor, venganza, autonomía, etc. Ignorar estas posibles motivaciones es dejar a las personas a merced de sus anhelos adictivos. Incluso si consiguen la abstinencia o el auto-control, sus esfuerzos no serán suficientes para cambiar sus motivaciones fundamentales.
En otras palabras, las motivaciones no son solo importantes, en muchas situaciones deben ser reveladas y cambiadas. Si nuestras motivaciones no cambian, nosotros no cambiamos.
Ejemplos de motivaciones
Una lista de posibles motivaciones sería interminable, pero hay docenas que parecen especialmente comunes. Para descubrir las cosas que te motivan, hazte estas preguntas: ¿Qué me motiva? ¿Por qué hago lo que hago? Aún mejor, ¿qué es lo que realmente deseo? Si no tengo ____, soy miserable. Aquí encontrarás algunas respuestas típicas:
• Placer
• Poder
• Libertad/Autonomía
• Paz
• Amor/Intimidad
• Felicidad
• Significancia/Reputación
• Comodidad
• Respeto/Admiración
• Significado
• Control
• Éxito
Probablemente has sido motivado por todas estas cosas en alguna ocasión, pero algunas personas tienen preferencia por alguna de ellas.
• El hombre que siempre llega tarde cuando hay trabajo que hacer puede estar motivado por la comodidad.
• La esposa que se mortifica porque una visita sorpresa vio el desorden que tenía en su casa, es motivada por la reputación.
• El padre cuyos hijos son temerosos y cuya esposa es precavida, quiere poder.
• El adolescente que no obedece el toque de queda quiere libertad.
• La madre que nunca deja a sus hijos quedarse con una niñera, desea control.
Para complicar el panorama, frecuentemente existen múltiples motivaciones en un solo comportamiento. El hombre que está ausente cuando hay trabajo que hacer puede ser perezoso y motivado por la comodidad, pero también puede desear respeto, éxito o significado. Evita el trabajo porque tiene miedo de fracasar y perder el respeto de los demás.
Darmowy fragment się skończył.