La misión liberadora de Jesús

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La misión liberadora de Jesús

El mensaje del Evangelio de Lucas

Darío López Rodríguez

Derechos de autor:

© 2017 Centro de Investigaciones y Publicaciones (cenip) – Ediciones Puma

Tercera edición digital, diciembre 2020

ISBN N° 978-612-4252-84-6

Categoría: Teología y doctrina – Doctrina

Tercera edición impresa, octubre 2017

ISBN N° 978-612-4252-20-4

Editado por:

© 2017 Centro de Investigaciones y Publicaciones (cenip) – Ediciones Puma

Av. 28 de Julio 314, Int. G, Jesús María, Lima - Perú

Telf./Fax: (511) 423–2772

Apartado postal: 11-168, Lima - Perú

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Web: www.edicionespuma.org

Ediciones Puma es un programa del Centro de Investigaciones y Publicaciones (cenip)

Diseño de carátula: Eliézer D. Castillo P.

Diagramación y ePub: Hansel J. Huaynate Ventocilla

Reservados todos los derechos

All rights reserved

Prohibida la reproducción, almacenamiento o transmisión total o parcial de este libro por algún medio mecánico, electrónico, fotocopia, grabación u otro, sin autorización previa de los editores.

Salvo cuando se indique expresamente otra versión, las citas bíblicas corresponden a la versión Reina-Valera 1960 (rv60).

A la Iglesia de Dios del Perú «Monte Sinaí», una congregación pentecostal en la que conocí y aprendí a amar al Dios de la Vida.

A las mujeres pentecostales que insertadas en las organizaciones de sobrevivencia luchan día a día contra la pobreza, dando así testimonio de su compromiso insobornable con el Dios de la Vida. A ellas, mi reconocimiento y homenaje.

Prólogo

Es motivo de verdadera y profunda alegría saber que un libro de tema teológico y doctrinal publicado en el Perú ha alcanzado una tercera edición. El Obispo Darío López nos ofrece aquí una lectura del Evangelio de Lucas desde su perspectiva pastoral, pentecostal y latinoamericana. Esta nueva edición registra también algunos cambios, precisiones y profundizaciones que brotan del ministerio docente y pastoral de su autor, como él mismo nos lo explica en su Introducción. En otras palabras, este libro viene acompañando el peregrinaje de su autor al servicio de su propia iglesia local en Villa María del Triunfo en Lima, y de todo el pueblo evangélico, desde sus responsabilidades cumplidas en instituciones como el Concilio Nacional Evangélico del Perú. Es esta expresión escrita brotada de la práctica cotidiana de su autor una de las cosas que más aprecio en el libro.

El propio Evangelio de Lucas, lo mismo que Hechos de los Apóstoles, tienen la intención de ofrecernos un relato de la vida de Jesús y luego de las primeras décadas de las iglesias. Es un relato que refleja una visión de la revelación de Dios en su Pueblo y en su Palabra, y desde esa perspectiva nos va exponiendo los hechos, nos narra los acontecimientos. Quienes tienen más posibilidades de descubrir el significado de esos acontecimientos, hoy en día, son aquellas personas que colaboran activamente en la prolongación de esa acción misionera, en obediencia al Señor que los envía y sostiene. El Obispo López se doctoró en Teología y dispone de las herramientas académicas que permiten entender el texto bíblico en sus lenguas originales. Por otra parte su práctica pastoral y docente en varios niveles, en el Perú y en el extranjero, le permiten plantear las preguntas que permiten una comprensión actual y contemporánea del texto de Lucas.

Se conoce al Obispo Darío López Rodríguez en el Perú y América Latina por su labor de animador de comunidades estudiantiles, de pastor de una iglesia pentecostal en las afueras de Lima, de participante activo en las gestiones del Concilio Nacional Evangélico del Perú (conep), del cual fue Presidente (2000–2004), en la lucha contra la corrupción y a favor de los derechos humanos de los sectores marginados de la sociedad peruana. Varios libros del Obispo López dan testimonio de su militancia y de su esfuerzo por interpretar la realidad del movimiento pentecostal latinoamericano, desde dentro. Sin embargo, este libro acerca del Evangelio de Lucas nos muestra la espiritualidad que nutre la acción ministerial y ciudadana de su autor. En sus páginas nos acercamos a la intimidad de su relación con Cristo y al esfuerzo por articular la fe evangélica como reflexión sobre la propia práctica de alguien que escucha al Señor de la vida, se entrega a una vida de obediencia al llamado de Jesús y reflexiona a la luz de la Palabra de Dios.

Como persona que gusta de escribir y publicar felicito al Obispo López que se haya dado a la tarea de mejorar el texto de su libro y que comparta una vez más con nosotros lo que ha ido encontrando. El trabajo que esto supone requiere de una vocación literaria auténtica y de muchas horas, días y meses de trabajo. Es mi deseo también que este libro contribuya a un crecimiento hacia esa madurez que tanta falta nos hace en el pueblo evangélico del Perú. Gracias al Obispo López y a Ediciones Puma por esta tercera edición de un libro tan importante.

Samuel Escobar

Valencia, octubre de 2017

Prólogo

Estamos ante un libro que expresa bien lo que el autor enfatiza al decirnos que se trata siempre de una obra en diálogo, es decir abierta a seguir construyéndose, a someterse a autocríticas resultado de nuevas prácticas sociales desde los complejos campos de la misión, del estudio y desde la contemplación activa de quienes constituyen la clave hermenéutica y el lugar teológico para los escritos de Lucas. Sale así esta tercera adición veinte años después que apareciera y con renovada solidez exegética y profundo sentido pastoral. Y es que lo evangélico, lo wesleyano y lo pentecostal se retroalimentan de forma fecunda como para entregarnos la fuerza de la esencia compasiva del Dios de la Vida, de su exigente ternura y de la ética del Reino.

El pastor Darío, siempre en misión como teólogo y biblista de la espiri­tualidad de la liberación, nos ofrece un Lucas crítico que convoca y no des­califica y que inaugura un estilo profético radicalmente amigable. Un Lucas que rompe rediles culturales, religiosos, políticos y sociales, de género y de generación. Que afirma sin titubear la universalidad como condición de liberación, de emancipación esencial. Lucas convoca a un panecumenismo siempre necesitado de diálogo, de apertura, de la sabiduría y audacia del Espíritu. El capítulo 13 recoge una hermosa e innovadora expresión, la amistad especial de Dios por los pobres. La radicalidad no está reñida con la universalidad. Es que todo es prójimo y de todo somos prójimo.

Cada experiencia misionera por más modesta que se presente, es la afirmación de la fuerza profética de las Galileas. Misionar no es otra cosa que persistir en hacer de la Tierra toda una nueva Galilea. Desde allí se renueva el jubileo permanente de la dignidad, la justicia y la vida.

Gracias hermano lucano Darío López por tanta vitalidad obra del Espíritu.

Alejandro Cussiánovich V.

aete-Facultad de Teología y Religión

Introducción a la primera edición

Una de las razones que me impulsó a estudiar en los últimos años con mayor frecuencia la perspectiva lucana de la misión, fue la estrecha relación que Jesús de Nazaret tuvo con los frágiles —los pobres y los excluidos— de la sociedad judía de ese tiempo (publicanos, leprosos, samaritanos, mujeres, enfermos y niños), tema que se presentaba como una nota característica del tercer evangelio. El amor especial de Dios por los desposeídos y los desheredados, unido a la universalidad de la misión, dos de las claves teológicas lucanas, señalan tanto el compromiso que las iglesias evangélicas tienen que asumir en todo tiempo como la ruta que deben seguir en todo contexto histórico.

Conocer a la luz del mensaje del Evangelio de Lucas, la manera cómo Jesús de Nazaret trataba y valoraba a los menesterosos y a los desvalidos, ha sido de bastante ayuda para mi tarea pastoral en uno de los barrios pobres del sur de la ciudad de Lima (Villa María del Triunfo). Particularmente, porque en este documento del Nuevo Tes­tamento se destaca el valor imponderable de la vida, principio de la buena noticia del reino de Dios, que pone en tela de juicio las prácticas religiosas deshumanizantes y los patrones culturales que cosifican a los seres humanos creados a la imagen de Dios.

De acuerdo con Lucas, durante su recorrido misionero por las ciudades y aldeas de Palestina, Jesús de Nazaret se vinculó permanen­temente con todos aquellos que estaban ubicados en los niveles más bajos de la sociedad y confinados al ostracismo social. Esto explica por qué, según el horizonte teológico lucano, la misión liberadora de Jesús, cuyo núcleo fue la proclamación de las buenas nuevas del reino de Dios con palabras y hechos concretos, se expresa visiblemente en la relación estrecha que existe entre los siguientes elementos que perfilan la cadena inquebrantable del amor-entrega:

Salir, ver, compasión, compromiso, transformación1.

 

En esta relación que sintetiza la misión liberadora de Jesús, más que una lista de pautas opcionales para la acción o un recetario de simples pautas hermenéuticas desconectadas entre sí, se establece un programa integral para la defensa de la vida y la dignidad humana. Una tarea que las iglesias evangélicas no pueden eludir.

Los diferentes capítulos de este libro buscan explicar y ampliar los alcances concretos de los principios o pautas para la misión indi­cados previamente. En cada uno de ellos se aborda un tema específico conectado con el énfasis lucano del amor especial que Dios tiene por los pobres y los indefensos del mundo. Éste es el tema clave sobre el cual gira mi lectura del testimonio lucano; por supuesto, todo ello a la luz de la universalidad del amor de Dios o del alcance universal de la salvación. Además, cada capítulo intenta relacionar la teología bíblica con los desafíos éticos particulares de nuestro campo de misión.

Los temas que aquí se abordan fueron compartidos primeramente en los cultos y en las reuniones de trabajo con los líderes de la Iglesia de Dios del Perú «Monte Sinaí», una congregación pentecostal localizada en el distrito de Villa María del Triunfo. Los tiempos comunitarios de estudio bíblico y las conversaciones con los miembros de la iglesia local, fueron sumamente útiles para profundizar el estudio de los textos escogidos deliberadamente para responder a las preguntas sobre la misión de la Iglesia que, día a día, se presentaban como asuntos recurrentes en la tarea pastoral.

El primer capítulo fue escrito para una Consulta sobre Perspectivas Bíblicas de la Misión organizada por el Dr. C. René Padilla en octubre de 1995. Este capítulo forma parte del libro Bases Bíblicas de la Misión: Perspectivas latinoamericanas (Nueva Creación 1998) editado por C. René Padilla y ha sido publicado también en la revista Transformation (Vol. 14, N.° 3, 1997).

El segundo capítulo es una versión corregida de uno de los capítulos de la tesis de maestría que presenté a la Facultad Evangélica «Orlando Costas» de Lima en 1993 (Misión, pobreza y marginalidad: Una lectura contextual del Evangelio de Lucas).

Todos los demás capítulos son inéditos. Varios de ellos circularon como documentos de trabajo que fueron utilizados tanto en reuniones con los estudiantes de la Asociación de Grupos Evangélicos Universi­tarios del Perú (1995 y 1996), como en los tiempos de estudio bíblico de Compasión Internacional-Perú (1997) y en el Primer Encuentro de Derechos Humanos organizado por la Iglesia de Dios del Perú (1997).

Estos trabajos incubados a lo largo de los últimos seis años, aparecen en forma de libro, con el único propósito de dialogar públi­camente con todos aquellos que están comprometidos con la misión de Dios en distintas fronteras sociales, políticas y culturales. Par­ticularmente, considero que si el diálogo es mejor que el monólogo y el trabajo colectivo más saludable que el protagonismo individual, entonces, siempre será útil y necesario retroalimentarse mutuamente en el camino del servicio al Señor de la Misión. Es mi oración que las siguientes reflexiones coadyuven al logro de ese propósito.

Darío López Rodríguez

Villa María del Triunfo, diciembre de 1997

_______________

1 René Padilla, cuando se refiere a lo que él denomina la cadena del amor-entrega, precisa que tiene tres principios: ver, compadecerse, actuar (Padilla 1978: 148). Guillermo Cook, por su parte, prefiere utilizar el trinomio: ver, juzgar y actuar (Cook 1992: 96).

Introducción a la segunda edición

Todos los libros tienen una historia. Ciertos libros se gestan, se hilvanan, se construyen, desde experiencias particulares y desde compromisos concretos con una causa superior. No niego, sería deshonesto hacerlo, que este libro fue gestado dentro de una realidad concreta de miseria y opresión. Y tiene, por eso mismo, una lectura del Evangelio de Lucas que puede parecer incómoda para los cristianos evangélicos que no se atreven a enfrentarse cara a cara con la abyecta situación de pobreza material extrema en la que se encuentran millones de seres humanos de carne y hueso; entre ellos, miles de creyentes.

Pero Lucas es el evangelio para los proscritos de la tierra, para los parias que forman parte de la «basura humana» que la mano invisible del mercado expectora abusivamente, para los desvalidos y los menesterosos del mundo que tienen al Dios de la Vida como su go’el. En efecto, según el testimonio del tercer evangelio, Dios tiene un amor especial por todos aquellos que han sido condenados —por los que detentan el poder político y económico— al ostracismo social y al desván de la historia.

Lucas enfatiza que la misión liberadora de Jesús tiene como horizonte concreto revertir el destino de los pobres y de los excluidos. El Jesús lucano saca la cara por los desvalidos y por los desposeídos, incluye a los excluidos, reinserta socialmente a los parias, humaniza lo que la sociedad cosifica, dignifica a aquellos que los poderosos tienen como desecho social.

Este libro, que por la gracia de Dios está en su segunda edición, intenta explicar el mensaje del tercer evangelio, y propone que la misión liberadora de Jesús tiene como dos de sus ejes innegociables la universalidad de la misión y el amor especial de Dios por los pobres y por los excluidos. Ambos pilares sobre los que se asienta la propuesta teológica lucana están presentes en el manifiesto mesiánico de Nazaret (Lc 4.16–30), cuya conexión con el tema del jubileo no se puede negar. Se trata de un texto clave que tiene connotaciones sociales y políticas precisas, es un resumen de todo el evangelio, y que cumple la misma función que Hechos 1.8, que es un compendio del mensaje de Hechos de los Apóstoles.

La segunda edición de este libro tiene nuevos capítulos y todos los capítulos anteriores han sido completamente revisados; nuevo material ha sido incorporado y varias precisiones sobre diversos puntos críticos para la misión se han añadido. Sin embargo, la intención sigue siendo la misma que cuando se publicó la primera edición en 1997. Allí expresábamos que este libro, incubado a lo largo de muchos años, fue escrito con el único propósito de dialogar públicamente con todos aquellos que están comprometidos con la misión de Dios en distintas fronteras sociales, políticas y culturales. La intención no ha cambiado. Y es mi oración que el Señor de la Misión nos ayude en la tarea impostergable de proclamar públicamente en todos los auditorios humanos nuestra fe inquebrantable en Jesús de Nazaret crucificado y resucitado.

Darío López Rodríguez

Villa María del Triunfo, abril de 2004

Introducción a la tercera edición

Después de doce años va la tercera edición de un libro que me ha brindado muchas satisfacciones. Fue escrito en el camino como respuesta a los desafíos pastorales, docentes y misioneros que encaro cada día en mi Galilea: Villa María del Triunfo. Da cuenta de mi peregrinaje teológico y de la forma como comprendo, proclamo y vivo mi identidad evangélica, wesleyana, pentecostal.

Todos los capítulos han sido revisados y actualizados. El capítulo «La opción galilea de Jesús» tiene nueva información. Asimismo, he incorporado tres nuevos capítulos: a) «El tiempo crucial de Dios», b) «La liberación de un excluido», c) «Una comunidad liberada y liberadora». Los tres últimos capítulos —dos de ellos nuevos— son una suerte de apéndice: a) «El amor especial de Dios por los pobres y los excluidos», b) «La política del imperio», c) «La religión en el espacio público». Aunque no son estudios bíblicos basados en el Evangelio según Lucas, los temas que se abordan tienen una conexión estrecha con el mensaje social y político del tercer evangelio.

Es mi esperanza que esta tercera edición de La misión liberadora de Jesús: El mensaje del Evangelio de Lucas, sea un instrumento útil para el pueblo de Dios en América Latina y el Caribe: tierra de promesa que espera su liberación definitiva.

Darío López Rodríguez

Villa María del Triunfo, enero de 2016


Capítulo 1

La misión liberadora de Jesús

Ejes temáticos clave

Desde que Hans Conzelmann publicó en 1953 su libro Die Mitte der Zeit: Studien zur Theologie des Lukas (El centro del tiempo: Estudio de la teología de Lucas), propuesta teológica que generó un amplio debate en los círculos académicos vinculados a la exégesis del Nuevo Testamento2, otros autores le han dado también en los últimos años una atención particular a la teología lucana. Los libros escritos por Lucas, el tercer evangelio y Hechos de los Apóstoles, están actualmente en el fuego cruzado del debate académico (Marshall 1992: 13) y son el foco en el que se centran los estudios de los especialistas en Sagrada Escritura (Senior 1985: 345)3. ¿Cuáles son los temas clave o los ejes transversales que articulan la teología lucana? ¿Qué desafíos pastorales y qué pautas concretas para la misión cristiana se desprenden de esos temas clave o ejes transversales?

Uno de los temas teológicos clave al que se le ha dedicado especial atención en el campo de los estudios bíblicos es el concepto lucano de la salvación4. Lucas utiliza esta palabra para referirse al contenido de la buena noticia del reino de Dios proclamado por Jesús de Nazaret; una buena noticia cuyo correlato es la liberación de todas las opresiones. Desde la óptica lucana, la salvación es una experiencia accesible a todos los seres humanos, subrayándose así el tema de la universalidad de la misión. Lucas puntualiza también que Dios tiene un amor especial por los pobres y los marginados, los seres humanos que la sociedad predominante ha condenado al desván de la historia.

Teniendo en cuenta el debate actual sobre la obra lucana, la propuesta que subyace en este estudio del mensaje del Evangelio de Lucas, es que en el tercer evangelio se presenta la misión liberadora de Jesús de Nazaret como paradigma para el testimonio individual y colectivo de los creyentes en todas las fronteras sociales y culturales. Es una propuesta que parte de un marco temporal concreto en el que millones de seres humanos, de todas las edades son tratados como basura social por aquellos que tienen en sus manos el poder político y económico. La tesis central es que en el Evangelio de Lucas se intersectan y confluyen diversos temas teológicos que en conjunto articulan una comprensión de la misión en términos de liberación integral.

El debate actual sobre el Evangelio de Lucas

A pesar de que el Evangelio de Lucas ha sido ampliamente estudiado desde diferentes marcos teóricos y metodológicos, los expertos en estudios del Nuevo Testamento de las distintas familias confesionales cristianas, no siempre están de acuerdo ni en sus énfasis particulares ni en las líneas misioneras que de esos énfasis se derivarían. La diversidad de opiniones parece tener como punto crítico el carácter peculiar del tercer evangelio, particularmente el concepto lucano de la salvación, que es un concepto inclusivo que no da lugar a dicotomías entre lo espiritual y lo social o entre lo individual y lo comunitario (Green 1997: 24–25).

Uno de los expertos en la obra lucana, sugiere que Lucas hilvana una teología de la pobreza influenciada por los factores sociales, políticos y económicos presentes en su marco histórico específico (Esler 1987: 2, 164–169). Este mismo autor, siguiendo a Peter Berger, señala que ese hecho particular confirma que existe una relación siempre dialéctica entre religión y sociedad (Esler 1987: 2).

Desde un enfoque misiológico, Donald Senior sugiere que la nota clave de la teología de la misión en Lucas es la conexión entre la historia de Jesús y la historia de la iglesia; y resalta, también, tanto el énfasis lucano en la universalidad de la misión y la continuidad con la historia de Israel como la inserción de Jesús en el mundo de los pobres y los marginados (Senior 1985: 345–366). Desde su punto de vista:

Para San Lucas el concepto del Espíritu sella la íntima relación entre la universal voluntad divina de salvar, el ministerio liberador de Jesús y la misión universal de la iglesia. Durante la historia de Israel, ese potencial universal está oculto en la promesa: Dios redi­miría un día a su pueblo y daría la vuelta a la situación de opresión en la que vivían los humildes […]. Durante la vida terrena de Jesús, el Espíritu de Dios comienza a cumplir la promesa: los que sufren son liberados, los pobres reciben atenciones, los marginados y rechazados son conducidos de nuevo a casa […]. Por la forma en que narra la historia evangélica, Lucas sabe fundamentar el alcance y el carácter de misión de la iglesia en la persona y en el ministerio de Jesús. (Senior 1985: 366)

 

Donald Senior señala también que el relato de las apariciones del resucitado en Lucas 24.44–49 y su eco en Hechos 1.3–8 sintetiza la propuesta teológica de Lucas. En este texto altamente significativo, están presentes temas clave como la naturaleza universal de la misión, la muerte y la resurrección de Jesús como el acontecimiento cumbre de la historia de Jesús, el llamado a la conversión, la promesa de perdón y el lugar de la comunidad de discípulos como testigos empoderados por el Espíritu (Senior 1985: 366).

Howard Marshall, por su parte, comparando el Evangelio de Lucas con los otros sinópticos, sostiene que, en contraste con el Evangelio de Marcos, Lucas resalta la naturaleza del mensaje de Jesús sobre el reino de Dios como salvación para los perdidos. Para este autor, mientras Mateo presenta a Jesús de Nazaret como Maestro de la verdadera justicia, Lucas pone más el acento en su acción como salvador, puntualizando el interés particular que tuvo por los pobres y los marginados (Marshall 1991: 829). Según Marshall:

Lucas llama la atención particularmente al interés que el Señor mostró por los marginados. Todos los evangelios testifican de este indudable hecho histórico, pero es Lucas quien se deleita más en ponerlo de manifiesto […]. Otro aspecto de Jesús que Lucas se ocupa de hacer resaltar es su interés por los pobres, y sus adver­tencias de que los ricos que viven para sí, se excluyen del reino de Dios… (Marshall 1991: 830)

Para Gustavo Gutiérrez, uno de los aspectos más desafiantes del enfo­que teológico de Lucas es su especial sensibilidad hacia los sectores sociales menos favorecidos (Gutiérrez 1989: 342). Este autor, analizando la condición de exclusión en la que se encontraban las mujeres en el mundo cultural judío del primer siglo, sostiene que:

El solo hecho de que hubiera mujeres colaborando con Jesús mues­tra la originalidad de su actitud […] esto no hacía sino alimentar los prejuicios y la hostilidad de quienes se sentían cuestionados por el ministerio del predicador galileo. (Gutiérrez 1989: 317)

Desde otro marco interpretativo, siguiendo la propuesta teológica de Schottroff y Stegemann, David Bosch propone que Lucas no debe ser llamado realmente el evangelista de los pobres. Desde su punto de vista, debe ser llamado el evangelista de los ricos, porque el deseo de Lucas es que sus lectores conozcan que hay esperanza para los ricos en la medida en que estos actúen y sirvan en solidaridad con los pobres y los oprimidos (Bosch 2000: 136). Según Bosch, en su conversión a Dios, ricos y pobres se convierten el uno al otro (Bosch 2000: 136). Afirma, además, que la perspectiva lucana de la salvación tiene seis dimensiones: económica, social, política, física, psicológica y espiritual, precisando que Lucas en su evangelio le presta mayor atención a la primera de ellas (Bosch 2000: 152).

Bosch reconoce también que es un piso común el reconocimiento de que Lucas tiene un interés especial por los pobres y otros grupos marginados, y que todo el evangelio mantiene en alto esa sensibilidad (Bosch 2000: 129–130). Sostiene que la misión de Jesús tiene tres énfasis inseparables e indistinguibles que en conjunto articulan una respuesta multifacética al sufrimiento: a) Potenciar a los débiles y humildes; b) Sanar a los enfermos; c) Salvar a los perdidos (Bosch 1989: 4–5)5. Bosch afirma que cada uno de estos ministerios presupone los otros dos, no sólo porque los débiles, los enfermos y los perdidos fueron frecuentemente las mismas personas, sino porque —y esto es lo más importante— es imposible, incluso en nuestra misión hoy, involucrarse en uno de estos ministerios, excluyendo totalmente a los otros dos (Bosch 1989: 5).

Desde otro ángulo, Luise Schottroff y Wolfgang Stegemann, cuando se refieren a Jesús de Nazaret como la esperanza de los pobres, precisan que el núcleo de su mensaje social en la versión lucana está constituido por las consignas a los ricos y a los socialmente bien considerados (Schottroff y Stegemann 1981: 219)6. Ambos sostienen que Lucas tiene presente un objetivo social concreto: el equilibrio económico intracomunitario (Schottroff y Stegemann 1981: 220).

William Barclay y F. F. Bruce, aparte de reconocer como uno de los temas dominantes del tercer evangelio el ministerio de Jesús entre los despreciados y los menesterosos (Barclay 1973: 19–20; Bruce 1975: 76), señalan que Lucas fue el primer autor de los evangelios que situó la historia de Jesús y la historia de la iglesia cristiana en su marco temporal más amplio. Bruce precisa que todo el desarrollo de los orígenes del cristianismo se ubica en el contexto de la historia mundial contempo­ránea (Bruce 1975: 65). Según Barclay:

Lucas es el primer hombre que ve los eventos cristianos desde la perspectiva de la historia mundial […]. Para Lucas, los eventos del cristianismo no se realizaron en forma aislada sino que él los con­templa a la luz de la historia […]. Sólo Lucas comprende el impacto de la historia pasada, presente y futura. (Barclay 1973: 17–18)

David Gooding, por su parte, opina que Lucas presenta la historia de Jesús en dos grandes momentos, señalando que al interior de estos se entrecruzan varios temas teológicos. En la propuesta de Gooding, el primer momento corresponde a la venida del Señor del cielo a la tierra y, el segundo momento, corresponde a su regreso de la tierra al cielo (Gooding 1987: 9). Según este autor, el punto de cambio entre ambos momentos se encuentra en Lucas 9.51, un texto en el que se narra el inicio del ascenso de Jesús a la ciudad de Jerusalén (Gooding 1987: 9).

Quizá por esa razón, Joseph Fitzmyer enfatiza la perspectiva geo­gráfica presente en Lucas, ya que en este evangelio se resalta el lugar de Jerusalén como la ciudad del destino y se describe la actividad de Jesús como un camino o como una carrera que se expresa claramente en el movimiento ascendente de Galilea a Jerusalén (Lc 9.51; 19.28) que en este evangelio se remarca notablemente (Fitzmyer 1981: 165, 169).

Esta breve discusión sobre los diversos enfoques interpretativos del Evangelio de Lucas, conduce a establecer que varios temas se inter­sectan o entrecruzan para perfilar el horizonte teológico del tercer evangelio, siendo cada uno de ellos sumamente valioso como insumo para la misión de la iglesia en cualquier coyuntura histórica.

En primer lugar, como lo reconoce la mayoría de los expertos, uno de los ejes teológicos dominantes que articula la perspectiva lucana de la misión es el amor especial que Dios tiene por los pobres y los excluidos (publicanos, samaritanos, leprosos, mujeres, niños y enfermos), en un clima cultural en el que se consideraba a las mujeres como menos importantes y a los niños como seres humanos incompletos.

En segundo lugar, se destaca el énfasis en la naturaleza universal del amor de Dios, ya que a lo largo del evangelio se puntualiza que la buena noticia del reino de Dios cruza las fronteras geográficas de Palestina y las barreras religiosas, culturales, sociales, políticas y económicas.

En tercer lugar, se resalta el esfuerzo del autor de este evangelio por conectar los eventos de la historia de Jesús y de la historia de la iglesia, con la historia secular. Según Lucas, Dios es el Señor de la historia y de todas las naciones. En tal sentido, los procesos sociales y los eventos políticos, son canales a través de los cuales su amor y su justicia se manifiestan alcanzando a todas las personas, culturas y pueblos.

En síntesis, el horizonte teológico lucano se caracteriza por el anuncio de la buena noticia del reino de Dios como esperanza de libe­ración integral para los pobres y los excluidos. Lucas subraya, sin perder de vista el tema de la universalidad de la salvación, el amor especial que Dios tiene por los desheredados y por todos los que están en la periferia del mundo.

Temas teológicos clave

Como ya se ha mencionado, la universalidad de la salvación y el amor especial de Dios por los pobres y los excluidos, son dos de los temas dominantes en el tercer evangelio. Existen también otros temas que hilvanan la propuesta teológica de este evangelio, Uno de ellos es el tema del Espíritu Santo, que está presente particularmente en el evangelio de la infancia (Lc 1–2)7. La experiencia de Juan el Bautista (Lc 1.41), de la doncella María (Lc 1.35), del sacerdote Zacarías (Lc 1.67), de la anciana Elisabet (Lc 1.41), del justo y piadoso Simeón (Lc 2.25–27), confirman esta observación.