Czytaj książkę: «El aula es la respuesta»
El aula es la respuesta / Leonardo García
Lozano coordinador; prólogo de Frida Díaz
Barriga Arceo; Gabriela Belén Gómez Torres…
[et al.] -- 1a ed. – Guadalajara, Jalisco: Editorial
Universidad de Guadalajara, 2020.
Incluye referencias bibliográficas
ISBN 978-607-547-816-6
1. Aprendizaje cognitivo 2. Psicología del
aprendizaje 3. Estrategias de aprendizaje 4.
Buenas prácticas educativas I. García Lozano,
Leonardo, coordinador II. Díaz-Barriga Arceo,
Frida, prólogo III. Gómez Torres, Gabriela
Belén, autor.
371.48 .A92 DD21
LB1028.6 .A92 LC
JNT Thema
Rectoría General
Ricardo Villanueva Lomelí
Vicerrectoría Ejecutiva
Héctor Raúl Solís Gadea
Secretaría General
Guillermo Arturo Gómez Mata
Dirección General del Sistema de Educación Media Superior
César Antonio Barba Delgadillo
Secretaría Académica del Sistema de Educación Media Superior
Ernesto Herrera Cárdenas
Secretaría Administrativa del Sistema de Educación Media Superior
Jesús Alberto Jiménez Herrera
Coordinación del Corporativo de Empresas Universitarias
Missael Robles Robles
Dirección de la Editorial
Sayri Karp Mitastein
Primera edición electrónica, 2020
Prologuista
Frida Díaz-Barriga Arceo
Autores
Leonardo García Lozano
Laura Marcela Gueta Solís
Lidia Karina Macias-Esparza
Sofía Josefina Valerio García
Gabriela Belén Gómez Torres
Claudia Muñoz Íñiguez
Coordinación editorial: Iliana Ávalos González
Jefatura de diseño: Paola Vázquez Murillo
Cuidado editorial: Sofía Rodríguez Benítez
Diagramación: Maritzel Aguayo
D.R. © 2020, Universidad de Guadalajara
José Bonifacio Andrada 2679
Colonia Lomas de Guevara
44657 Guadalajara, Jalisco
01 800 UDG LIBRO
ISBN 978-607-547-816-6
Abril de 2020
Hecho en México
Made in Mexico
Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, existente o por existir, sin el permiso por escrito del titular de los derechos correspondientes.
Diseño epub:
Hipertexto – Netizen Digital Solutions
Índice
Prólogo El docente frente a la ingenuidad y el derrotismo
Frida Díaz-Barriga Arceo
Introducción Lo que todo docente sabe... o debiese saber
Leonardo García Lozano
¿De qué está hecho este libro?
Entre lo obligatorio y lo básico: la pertinencia de la educación escolarizada
La centralidad de quien aprende como eje de (casi todas) las reformas
De los contenidos a la transversalidad: no todo lo que urge es información
Referencias
1. Los aprendizajes de la cooperación
Leonardo García Lozano
Qué queremos que se aprenda en nuestras escuelas y aulas
La cooperación como respuesta
Referencias
2. Las relaciones nutricias y la convivencia
Laura Marcela Gueta Solís
Los cinco pilares para favorecer la convivencia y las relaciones nutricias
Referencias
3. Género, interseccionalidad e inclusión educativa
Lidia Karina Macias-Esparza
La interseccionalidad en la educación: el género, la raza y otras categorías (in)visibles en el aula
Yo no discrimino, ¿o sí?
La inclusión de la interseccionalidad, ¿un lujo o una necesidad?
La o el docente inclusivo: Yo puedo hacer algo al respecto
Conclusiones
Referencias
4. Competencias socioemocionales para el aprendizaje
Sofía J. Valerio García
El proceso de aprendizaje
Neurociencia al servicio de la enseñanza
Entendiendo la emoción en el aprendizaje
Las palabras y las creencias transforman las emociones
Referencias
5. Vida escolar y promoción de la salud
Gabriela Belén Gómez Torres
Primera preocupación: vulnerabilización o enfermedad de la niñez, la adolescencia y la juventud
Segunda preocupación: el estado de vulnerabilización o enfermedad de la docencia
Sobre cómo entender la salud y la promoción de la salud para atender ambas preocupaciones
Del enfoque clínico-patógeno al psicoeducativo-salugénico
La escuela y el aula como medios y escenarios de la salud
Referencias
6. La docencia desde una perspectiva sistémica de segundo orden
Claudia Muñoz Íñiguez
La reflexión sobre la práctica
Propuesta sobre la práctica desde una perspectiva sistémica de segundo orden
Pautas para lograr la reflexión sobre la práctica desde la perspectiva planteada
Referencias
Anexos
Anexo 1. Prontuario evaluativo “El aula es la respuesta”
Anexo 2. Ideas y pasos para mi bienestar
Anexo 3. Mi rol en la promoción de la salud dentro la escuela
Notas al pie
Autores
PRÓLOGO:El docente frente a la ingenuidad y el derrotismoFRIDA DÍAZ-BARRIGA ARCEO |
El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta.
CHARLES DICKENS
El título de la obra evoca el momento en que los estudios acerca del currículo y de la enseñanza logran vislumbrar que más allá de los dispositivos educativos o de las estructuras educativas formales (los planes de estudio, los programas escolares o los libros de texto) es en la realidad de la cotidianidad del aula que se encuentra la concreción de los aprendizajes en el más amplio sentido de estos. Es decir, cuando los actores de la educación, en primera instancia los agentes educativos y enseguida el sujeto de la educación, logran apropiarse y llevar a la práctica los saberes científicos y sociales, es que se puede valorar si se ha generado o no sentido y significado.
En esta obra, coordinada por el doctor García Lozano, un grupo de docentes, con amplia experiencia y aun mayor compromiso con su quehacer educativo, exponen una diversidad de situaciones didácticas que han conducido en aulas que abarcan desde la educación preescolar hasta el doctorado, y donde encontramos el valor de la reflexión sobre la práctica, como posibilidad de ir más allá del hecho mismo para asumir el compromiso de la transformación de la educación.
Me parece un acierto que se parte de reconocer el vaivén de las reformas educativas, la precariedad de las condiciones en que se realiza la docencia en muchos, si no es que en la mayoría de los escenarios educativos de nuestro país, o bien de discutir que no se ha logrado configurar políticas educativas efectivas. La expresión “sin embargo se mueve” nos conduce a la reflexión de por qué los cambios educativos en nuestro contexto se han promovido en una lógica de inmediatez, de compulsión reformista o de proyectos con sello de administraciones o partidos políticos, sin apuntalar procesos reales de cambio sistémico, basados en condiciones y necesidades de las comunidades educativas. No obstante, los actores de la educación han logrado propiciar que determinadas prácticas educativas puedan etiquetarse como ejemplos de buena práctica, y eso es lo que quieren compartir en este texto.
Desde mi perspectiva, los ejemplos de buena práctica educativa no ocurren necesariamente en contextos “ideales”, ni siquiera en “normales” (desde el imaginario que se tenga de ello), sino que ocurren en contextos situados y logran impulsar las condiciones de desarrollo, aprendizaje o bienestar de los involucrados. Desde las necesidades de nuestra región latinoamericana, y considerando que es la diversidad y no la uniformidad lo que nos caracteriza, pienso que los mayores retos se ubican en educar desde y para la diversidad, en contextos de educación inclusiva, es decir, para todos, y sobre todo, entendiendo que la equidad y la calidad son conceptos interdependientes. La realidad que viven nuestros niños y jóvenes mexicanos hoy en día, en una sociedad muy desigual, atrapada en políticas y discursos neoliberales que no han logrado mejorar de fondo la educación ni la salud, menos asegurar condiciones dignas de vida o seguridad, ha replanteado los compromisos éticos y el sentido de la docencia.
Así, el equipo docente que participa en este libro, que califican de “obra transreformas”, se ha negado a la apatía y el inmovilismo y ofrece a los lectores su experiencia y sus saberes docentes, considerando que hay cuestiones que tienen un valor más bien permanente, aunque se hayan llamado con distintos nombres y se hayan revisado en diversas reformas sin gran éxito. Son conscientes de que muchos de los yerros de tales intentos de cambio o innovación no logran llegar a buen puerto porque no reconocen la esencia de la tarea docente y siguen pensando que lo que se requiere es que un experto elabore modelos educativo o documentos base y que con esto basta para que el docente asimile y transforme su quehacer. Por el contrario, la innovación implica, como bien dice la Unesco, un proceso de destrucción creadora, en cuanto que implica cambios paradigmáticos, transformación de mentalidades y prácticas socioculturales, miradas sistémicas y confianza en la agencia de sus actores.
El coordinador de la obra afirma que son tres las cuestiones que atraviesan los capítulos: a) lo que se considera básico en la educación obligatoria, b) los aspectos clave del papel del aprendiz, y c) los temas transversales que no implican sobrecargar el currículo escolar. Los autores enarbolan voces críticas, pero refrendan la importancia de la educación escolarizada, que, sin embargo, requiere una transformación de hondo calado, sin perder los principios de laicidad, gratuidad, democracia y sustento en los avances del conocimiento científico. No hay cabida para el optimismo ingenuo, pero tampoco para el derrotismo. Asumen que un aspecto al que no podemos renunciar es a la centralidad del aprendiz, ya que el foco de la labor educativa es su formación en y para la vida, el logro del aprendizaje significativo o la educación ciudadana, para la convivencia y el respeto a los derechos humanos.
El recorrido por los capítulos nos permite recuperar algunas ideas centrales para la formación de las personas que educan:
▶ En contraposición al paradigma del déficit, la educación para la convivencia, en las aulas y fuera de ellas, requiere basarse en la construcción de ambientes saludables, donde todos y todas se sientan reconocidos y aceptados, donde se establezcan redes de apoyo y relaciones nutricias. Es decir, hay que salvaguardar la integridad del sujeto de la educación y la “nutrición relacional” como conciencia de ser amado y aceptado.
▶ Se requiere instaurar el diálogo como forma de comunicación privilegiada que conduce a promover el intercambio de ideas en un entorno respetuoso, abierto al cuestionamiento y la reflexión.
▶ Hay que evitar el activismo ingenuo, el solo hecho de poner a charlar o agrupar a los alumnos en pequeños equipos no es garantía del aprendizaje. El poder aprender de forma colaborativa y constructiva requiere de otras bases y principios.
▶ Las categorías vinculadas con la interseccionalidad, como son género, raza, etnia, orientación sexual, deben ser consideradas en las políticas de inclusión, a fin de que promuevan este valor, la disminución de desigualdades y las políticas discriminatorias en las instituciones educativas.
▶ Los docentes nunca entran al aula con posiciones “neutras”, por lo que hay que analizar si se presentan la ceguera al género, miradas clasistas, o bien homofóbicas; es así que hay que revisar si esto provoca interacciones positivas o negativas, sesgos o discriminación hacia determinados estudiantes.
▶ Las palabras y las creencias transforman las emociones, por eso hay que reflexionar acerca de las propias emociones respecto a la enseñanza de su asignatura, pero además, del tipo de emociones que un docente provoca en sus estudiantes.
▶ Existe una diversidad de situaciones que vulneran a los niños y adolescentes mexicanos (adicciones, enfermedades de transmisión sexual, trastornos de alimentación, depresión, entre muchos otros), al igual que a los docentes, dado que la profesión genera estrés constante, por lo que habrá que trabajar con ambos actores estrategias desde un modelo psicoeducativo-salugénico, dando prioridad a enfoques de bienestar y prevención.
▶ La reflexividad docente implica repensar la práctica y el pensamiento; conduce a regresar a la acción e interpretar la experiencia, con la posibilidad de contrastar esta con referentes teóricos y empíricos, y en ello reside la capacidad de aprender de dicha experiencia.
Al final del texto sus autores comparten, en los anexos, un conjunto de prontuarios y pautas de trabajo, con la pretensión de que puedan inspirar a otros docentes formas de abordar su labor en el aula, siempre con la consigna de que no sean empleados de forma mecánica ni convencional. En todo caso, son dispositivos educativos, instrumentos de trabajo de lo más flexibles, que cumplirán su cometido si son rediseñados y sirven para analizar o apoyar lo que se enseña en las aulas.
Esta obra dignifica no sólo al sujeto de la educación, a la persona humana que aprende, sino a la figura del docente, que desde hace algunos años ha sido poco valorado y denostado en ciertos sectores sociales y en los medios de comunicación que sirven a los intereses de determinados grupos de poder. Esperamos que su lectura conduzca a la convicción de que en nuestro país existen docentes valiosos, muy comprometidos con la labor de educar a las jóvenes generaciones. Para muchos de nosotros, alguno de nuestros profesores o profesoras ha replanteado, y para bien, el rumbo de nuestro trayecto de vida o profesión, o ha sido la mano amiga en momentos aciagos.
INTRODUCCIÓN:Lo que todo docente sabe... o debiese saberLEONARDO GARCÍA LOZANO |
¿De qué está hecho este libro?
Quienes escribimos esta obra, juntos reunimos experiencia laboral en la docencia desde el preescolar hasta el doctorado; nos hemos desempeñado en la formación de otros docentes; hemos ejercido puestos en la gestión de escuelas, desde la coordinación académica, la investigación y la supervisión de las mismas; hemos fungido en la concreción de programas curriculares, extra- y cocurriculares, como la revisión y modernización de programas de estudio, tutoría y orientación educativa, así como la atención a estudiantes que manifiestan barreras para el aprendizaje o han estado en contextos vulnerables. Todo esto desde hace más —en algunos casos— de treinta años.
En síntesis, nosotros los autores somos y hemos sido docentes privilegiados, la vida nos dio oportunidades para reflexionar sobre la práctica docente. Nos ha tocado vivir en carne propia las constantes reformas del sistema educativo mexicano y, en casi todas, hemos terminado con un sentimiento de engaño, puesto que los requisitos para la mejora de la enseñanza y el aprendizaje —que no son otros que las circunstancias de la vida de las y los profesores y sus aulas— poco o nada se han modificado. Y siempre enunciaremos que la dignificación de la vida de los profesores es una variable sine qua non para que se alcancen las condiciones mínimas e indispensables para la calidad educativa que todos anhelamos.
La práctica de los docentes ha estado en las últimas dos décadas en el centro del debate sobre la calidad de los aprendizajes de los estudiantes, incluso como si fuera la única variable para que estos sucedan de manera exitosa. La práctica docente, si bien es cierto que es la variable crítica, también es cierto que depende de otras variables, entre ellas:
▶ Los mecanismos de elección de los candidatos a la docencia, de formación inicial y permanente.
▶ La regulación para el ingreso, permanencia y promoción en el servicio docente.
▶ La dignidad en las condiciones laborales (remuneración, jornada laboral, jubilación) durante el ejercicio docente, así como la brecha salarial entre directivos y profesorado.
▶ Las condiciones del trabajo en el aula, como la ratio, la infraestructura de las aulas y de las escuelas.
▶ La injerencia de los docentes en las decisiones curriculares como la planificación, la programación y la modificación, así como las relativas a las decisiones del material para la enseñanza y el aprendizaje.
▶ Las condiciones mínimas del alumnado, sus familias y comunidades en aspectos como la salud (higiene, afecto, alimentación), la seguridad, la participación equitativa e inclusiva.
Y sin embargo se mueve… estamos convencidos de que hay condiciones para la enseñanza y aprendizaje que sí pueden abordarse desde lo que ahora existe en el sistema educativo, más concretamente desde las escuelas. No obstante, los cambios que propondremos en los capítulos subsecuentes son un reto al que deberán sumarse como equipo los directivos y los docentes, ya que estamos convencidos de que la verticalidad en las escuelas y el sistema educativo llevan a los agentes educativos a abordar el ejercicio de la educación de forma fragmentada y, por lo tanto, a la dispersión de recursos y resultados.
Este libro surge en un contexto “entre reformas”: no habían terminado de asentarse las reformas del sexenio 2006-2012 cuando en el sexenio 2012-2018 se hizo una nueva reforma, la cual para el 2018 se derogó por el inicio del nuevo sexenio; o sea que no sabemos a ciencia cierta lo que pasará en el periodo 2019-2024. Sin embargo, la experiencia nos dice que hay algunas cosas que no cambiarán, por ejemplo, la centralidad del alumno en el proceso de aprendizaje y la atención cada vez más precisa al desarrollo integral del estudiantado.
Al ser un libro escrito y publicado entre reformas, nos hemos planteado hacerlo como una obra “transreformas”, esto es, soñamos compartir aquellas cuestiones que desde hace más de treinta años se vienen enunciando con diversos nombres y dándoles distintos énfasis, lo cual muchas veces ha llevado a la confusión de los docentes, cuando no a su apatía e inmovilismo.
Las propuestas que presentamos reconocen en la docencia la semilla para la transformación de la sociedad en que vivimos, pues es esta sociedad la que dota de significatividad a las escuelas y al profesorado y, como consecuencia, crea las condiciones del futuro para la práctica docente.
Para transformar ese futuro, estamos convencidos de que gran parte de los docentes poseen ciertos saberes que se experimentan dispersos, en gran medida por el poco tiempo que hay para asimilar las reformas que no paran de sucederse y, por otro lado, por los mecanismos en que estas reformas son llevadas al profesor “de a pie”.
Ponemos esta obra a discusión, sin embargo, lo hacemos con una advertencia: sugerimos hacer un ejercicio científico, es decir, controlado y documentado. De manera concreta, se puede ir a la sección de anexos y evaluar qué área de la práctica docente se quiere mejorar, sea por preferencia o por los resultado obtenidos al responder los cuestionarios, para después incorporar mejoras a un área por semestre o ciclo escolar, de manera sostenible. De esta forma, quizá, y sólo quizá, el programa completo de mejoras (si se toma como eso esta obra) esté concluido en un lapso de tres a seis años.
Así, proponemos tres ideas que quisiéramos que acompañaran la lectura de los subsiguientes capítulos:
a. La consideración de aquello que es básico de la educación obligatoria en México.
b. Algunas ideas clave sobre el papel del aprendiz que debiesen haber quedado claras con las diferentes reformas.
c. La necesidad de transversalizar ciertos aprendizajes y prácticas sin necesidad de sobrecargar los programas de más y nuevos contenidos.