Pasiones

Si las pasiones definen nuestra esencia humana, los momentos de mayor sensibilidad, se ven iluminados por esas emociones, viscerales e intensas que arremeten violentamente el espíritu, implorándole a la mente, desde la profundidad del corazón, emerger en un acto de pura liberación interior.

Cada verso de «Pasiones» fue escrito en momentos de exaltación, inundado por la paz, el tormento, la subliminal energía del amor, la euforia, la ternura, el desasosiego y la tristeza, según el caso y las circunstancias.

Es, por lo tanto, un corolario de intensidades diversas que fluyen desde el propio ser interior y evidentemente, lo constituyen, en toda su dimensión, confundiendo y fundiendo muchas veces, los sutiles límites que definen unas emociones de otras.

A través de estos poemas, en un acto de catarsis consciente, se ven liberados los fantasmas y los miedos, las creencias, los apegos y las tragedias, que exageradas por nuestra percepción, calan hondo en la forma de mirar el mundo, las personas y las relaciones que se tejen.